Archivo - Monasterio de Villanueva de Sijena (Huesca) | Europa Press - EUROPA PRESS - Archivo

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Miembros de la plataforma Sijena Sí han presentado varios recursos al plan de instalación del proyecto Octante, que instalaría cinco aerogeneradores de 200 metros de altura frente al Monasterio de Sijena al entender que «alterarían gravemente la belleza paisajística de este monumento nacional».

De esta forma, la plataforma se une a otras instituciones y colectivos, como el Ayuntamiento de Villanueva de Sijena, la Plataforma por la Sostenibilidad de Los Monegros, la Plataforma 13 de marzo-Aragón por la Racionalidad Energética o la Asociación Pro Patrimonium Sijena y Jerusalén, que también han presentado sus propios recursos, ha informado Sijena Sí.

A juicio de Sijena Sí, la altura de los molinos es «espectacular», de 200 metros, y la compara con la de las torres de la Basílica del Pilar, que no llegan a los 100 metros. Por ello, consideran que estos aerogeneradores, situados a unas distancias entre 1 y 2 kilómetros del monasterio, supondrían un «tremendo impacto visual», además de acarrear otros problemas.

Recuerdan que ya alertaron a la directora general de Patrimonio Cultural del Gobierno de Aragón, Gloria Pérez, en una reunión el pasado 3 de enero, en la que le manifestaron su inquietud por el posible impacto negativo de estos «gigantescos aerogeneradores» en la estética paisajística y otras dimensiones de este monumento nacional.

La plataforma, que no se pronuncia sobre los planes del Gobierno central sobre la implantación de nuevas fuentes de energía renovables, sí se ha unido a la «gran preocupación» que están suscitando en «numerosos vecinos de la comarca de Los Monegros y muchas otras partes de España». «Se están realizando actuaciones que pueden hipotecar el futuro de la zona sin suficientes garantías democráticas ni consultas a los afectados», aseguran.

Por otro lado, afirman que «cunde la sensación» de que Los Monegros se convertirán en un verdadero «pantano de aerogeneradores» sin que la energía generada añada valor al territorio, garantice más puestos de trabajo o fije población dado que «esa energía se transformaría en hidrógeno y otros productos de valor añadido fuera de los lugares que la producen y sufren las consecuencias».