Archivo - El coordinador general de IU Aragón, Álvaro Sanz. | IU. - Archivo

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El diputado de IU Aragón, Álvaro Sanz, ha manifestado este martes su apoyo a las movilizaciones de las organizaciones agrariasque se están llevando a cabo esta semana, ha defendido la agricultura «social, profesional y familiar» y ha rechazado «las políticas ultraliberales de los tratados de libre comercio».

En rueda de prensa, Sanz ha señalado que el modelo familiar agrario «está en crisis desde hace muchas décadas, ahora agudizada por la escasez de recursos» y hunde sus raíces en «el proceso permanente de desregulación, de uberización del medio rural, que permite la penetración del capital especulativo en el ámbito de la producción de alimentos».

«IU se solidariza y apoya, especialmente, el modelo social y profesional de la agricultura» porque «es donde está el futuro y es lo que debemos priorizar en estos momentos de escasez».

Ha criticado al Gobierno autonómico presidido por Jorge Azcón, que «se llena la boca para decir que si sobra agua hay que hacer un plan hidrológico nacional o que hacen falta más obras de regulación, en lugar de proteger el modelo social y familiar» agrario.

Recursos suficientes

Álvaro Sanz ha alertado de que el Gobierno PP-VOX quiere derogar la de ley de protección y modernización de la agricultura social y familiar y del patrimonio agrario de Aragón, aprobada por las Cortes autonómicas la legislatura pasada, una ley «pionera», considerando que «la ultraderecha quiere profundizar en la desregulación, la especulación y la expulsión de miles de agricultores y ganaderos».

IU llevará el debate sobre el sector al Pleno de las Cortes para proponer «un plan de rescate» para la agricultura familiar «con recursos suficientes para paliar los efectos de la sequía, garantizar precios justos y reforzar los mecanismos de control de la cadena alimentaria».

«Es imperioso garantizar que no haya especulación en la conformación de los precios», ha urgido Sanz, criticando a los fondos especulativos, que «acaban despojando a nuestros agricultores y ganaderos de la posibilidad de tener un futuro».

«El problema no es la Agenda 2030, sino el capitalismo», ha continuado, aseverando que «si no regulamos, tendremos una agricultura sin agricultores, ni agricultoras».