Varios agentes de la Policía Nacional en la Residencia Juan XXIII de Aravaca, donde se produjo el incendio, a 18 de febrero de 2024, en Madrid (España). | Matias Chiofalo - Europa Press

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La residencia de ancianos del madrileño barrio de Aravaca en la que murieron tres ancianas el domingo durante un incendio tenía las salidas de emergencias bloqueadas, la alarma de incendios no funcionaba bien y bocas antiincendios no tenían presión de agua.

Así lo revelan las actas del suceso escritas por la Policía Nacional a las que ha tenido acceso Europa Press. Los agentes relatan que el primer problema con el que se encontraron fue que la boca de incendios del pasillo del primera planta, en la que comenzaron las llamas, no daba a los bomberos presión de agua.

«Los agentes observan en el pasillo principal de la primera planta una boca de incendio equipada (BIE), por lo que proceden a desplegarla para poder accionarla. Uno de los agentes se dirige a la habitación origen del incendio para sofocarlo. Al accionarla, observan cómo a los pocos segundos la manguera pierde presión. Al tratar de reactivarla, sigue igual. El manómetro marca 0 bares, habiendo perdido toda la presión», apuntan.

Por ello, tienen que utilizar extintores que los propios agentes trajeron, ya que los del geriátrico ya habían sido utilizados por los trabajadores. No obstante, no pudieron en ese momento entrar en dicha habitación por la puerta «debido al gran calor que se desprende de ella, a la gran cantidad de humo y la nula visibilidad».

Los policías nacionales también realizaron batidas para encontrar a residentes, evacuando en brazos y con gran dificultad a algunos de ellos, «que estaban en las camas debido a su avanzada edad y escasa movilidad».

Finalmente, los funcionarios lograron entrar en la habitación foco del fuego por la terraza, forzando la persiana y la ventana corredera. Dentro hallaron a dos personas que compartían una misma cama individual --una en posición fetal y otra en cúbito supino-- y que tras sacarlas al exterior comprobaron que presentaban quemaduras en todos su cuerpo. Una de ellas ya había fallecido y a la otra en estado crítico, muriendo horas después.

En ese momento, continúan el relato policial, comienzan a llegar efectivos del Samur-Protección Civil y el Summa, que atendieron a los heridos, y los Bomberos del Ayuntamiento del Parque 9, que colaboraron con los agentes para rescatar a más ancianos.

Puertas de emergencia bloqueadas

Los policías nacionales también señalan que en la segunda planta, donde se refugiaron muchos usuarios de la residencia, contaba con puerta de emergencia de salida al exterior que «se encontraba bloqueada». Además, en la primera planta, otra puerta de emergencias de salida a la exterior «también se encuentra bloqueada».

Además, los documentos policiales recogen que no existen luces de emergencia en ninguna estancia y que el pulsador de alarma de incendios no emite señal luminosa ni acústica al ser accionado, «y todo esto dificulta las labores de evacuación y rescate de los residentes».

Posteriormente, los bomberos informaron a los agentes que la bomba de presión carecía de presión eléctrica, motivo por el que no daba presión de agua. Este fallo se debía, explican, porque no estaban conectadas al cuadro eléctrico general de la vivienda, «en lugar de uno independiente el cual no hubiera sido afectado por el incendio».