Imagen de la visita a Can Serra. Foto: JOAN TORRES

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El Govern abrió ayer las puertas de Can Serra, edificio medieval adquirido con dinero de la ecotasa para Museu d'Arts Decoratives. El president Francesc Antich y los consellers Celestí Alomar y Francesc Quetglas dedicaron un par de horas a visitar esta joya del patrimonio, en evidente estado de degradación, y el Claustre de Sant Francesc, en cuya restauración ha colaborado la Conselleria de Obras Públicas.

La de ayer fue una de les escasas ocasiones para acceder a Can Serra por el peligro que encierra su estado. El edificio se ha apuntalado y en él se han iniciado «obras de urgencia». El departamento de Arte de la UIB llevará el «control arqueológico y en superficie» al mismo tiempo que se hará «un estudio de les elementos de interés artístico». En Can Serra destacan tres especialmente. El primero, un artesonado del XV que cubre el techo de varias habitaciones. Inexplicablemente, la madera labrada ha resistido casi incólume la paulatina ruina del edificio. Aunque deberá ser restaurado, bajo la suciedad que ha comido la policromía mantiene todos sus elementos. También son de gran valor artístico las ventanas coronellas en la fachada que da a la calle sa Gerreria. Por último, en las paredes interiores rehabilitarán unas pinturas que representan estrellas de ocho puntas. El profesor José Morata estará al frente de esta actuación.

La Universitat desarrollará el proyecto museográfico, trabajo que supervisará Catalina Cantarellas. El contenido del museo dará a conocer los oficios artesanos y el patrimonio mueble. Una primera aproximación al contenido de un posible Museu D'Arts Decoratives fue elaborada por los historiadores del arte Jaume Llabrés y Aina Pascual por encargo de la Conselleria de Turisme cuando se comenzaba a barajar la compra de Can Serra.