Rafael Salas (hijo y padre), Sebastià Salom, Joan Fageda y José M. Rodríguez. Foto: TOMÁS MONSERRAT

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La fiesta empezó animada y continuó animada. Los cerca de 300 invitados que acudieron ayer por la noche al cóctel de presentación del centro Ocimax fueron llegando escalonadamente a la carpa habilitada fuera del edificio. En la entrada, los dos Rafael Salas, padre e hijo, iban recibiendo a los invitados. Era una velada especial. La gente brindaba, hablaba o, simplemente, se reencontraba mientras comentaba las excelencias del nuevo centro de ocio que abre hoy sus puertas al público.

«Ocimax es una alternativa para el público mallorquín», comentaba Toni Monjo, gerente del complejo. Un lugar destinado, principalmente, a las familias, un hecho que Rafael Salas padre y director del Consejo de Administración quiso destacar en su discurso. «Nuestra intención es complacer a toda la comunidad isleña y a los extranjeros que nos visitan cada año», explicó emocionado. Salas destacó que «se trata de un proyecto absolutamente de ocio». Los asistentes, mientras esperaban poder visitar el complejo, contemplaban la exposición dedicada al cine que rodeaba la carpa. Caras famosas visitando Mallorca como Jack Nicholson o Vittorio Gassman; mallorquines ilustres como Fortunio Bonanova; y películas míticas con sus folletos en los que se podía leer «Toda Mallorca verá 'Lo que el viento se llevó' en la Sala Born».

Un pianista y una cantante animaban la ya de por sí entretenida velada. En un principio, la música permaneció en un segundo plano debido a la desenfadada charla que mantenían los asistentes, una charla que se dejó seducir por la voz de la cantante tras un tiempo ignorándola. Mientras, los canapés de sushi competían con los cocarrois y con los rollitos de primavera. Lo tradicional se mezcló, así, con otras culturas que dieron al evento un aire internacional.