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Las obras en el edificio de El Temple o Torres d'en Gumara siguen dando que hablar. Según una denuncia anónima llegada a la redacción, durante «el verano se ha procedido a quitar las almenas milenarias para añadir altura a la edificación volviendo después a reponer las almenas». Joan Josep Mas, director Insular de Patrimoni, explicó ayer que «nosotros no tenemos constancia de ninguna denuncia por escrito, pero el martes habrá una inspección del Consell». Las Torres son de época islámica y catalogadas como Bien de Interés Cultural. Mas y el propietario, Fernando Palazuelo, han tenido una reunión informal en la que se quedó para la citada inspección.

En la nota aludida se asegura que «esto es fácilmente comprobable desde la calle comparando las miles de fotografías existentes con la altura actual. Puede asimismo ser comprobado por la Administración, picando un poco sobre el último tramo o simplemente subiendo a verlo ahora, que es cuando lo acaban de hacer». De momento, lo que es cierto, según Más y la arqueóloga municipal, Magdalena Riera, es que la propiedad del inmueble, que anunció la construcción de pisos de lujo, tiene licencia para intervenir en la fachada sólo para proteger las paredes originales de la construcción islámica, de tierra, al descubierto cuando se hicieron unas catas arqueológicas por mandato del CIM. En las mismas salió a la luz el tapial árabe, las almenas originales y varios arcos. En el fax se critica que «ningún organismo competente (ni Arca, ni el Consell, ni Patrimoni, ni el Ajuntament) está haciendo nada para parar esta situación».