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Ninguneados por la Administración, los integrantes del sector del cómic local han sufragado la carencia económica con un exitoso festival «intramuros», «artesanal». Lo han conseguido con «éxito» de público, según confirmaba ayer la directora de la revista Esquitx , Sonia Delgado. Hoy, de 11.00 a 13.00 horas concluye el Festival Còmic Nostrum con una sesión de dedicatorias en la librería Norma Còmics, de Palma (Nuredduna, 7). Estarán los protagonistas de un evento al que las administraciones, especialmente el Consell, han dado la espalda por primera vez en cinco años.

«Estamos contentos porque las exposiciones han llegado a buen término», comentaba ayer Sonia Delgado, cuya revista también se queda desamparada ya que el Govern no la subvencionará a partir del año que viene.

Conferencias

Durante la tarde de ayer se impartieron varias conferencias relacionadas con el cómic y la animación. A las 11.00 se habló de la animación, los videojuegos y el grafismo animado en Balears. A continuación, Florentino Flórez presentó el catálogo de la exposición Carne y acero , de Russ Heath.

La tarde perteneció a Gabi Beltrán, Pere Joan, Tomeu Morey y Pau, que explicaron su modus operandi en la ponencia Hi ha color . El propio Pere Joan, «la última bestia analógica», demostró in situ cómo se colorea un dibujo. Medio centenar de personas acudió a esta charla y pudo comprobar, a través de una pantalla, el proceso de trabajo del dibujante, que expone su obra en el espacio Lluc Fluxà. Al finalizar Hi ha color , estaba previsto que se celebrara la conferencia Tòpics o reflex imprescindible? El còmic de contingut social .

Para conseguir paliar parte del presupuesto de esta quinta edición del festival -16.670 euros-, sobre todo el alquiler de las salas, pusieron a la venta seis serigrafías por 25 euros «que se van vendiendo bastante bien», declara Sonia Delgado.

Con dos premios nacionales en el sector, Max y Bartomeu Seguí, «no se entiende que la Administración haya dejado de aportar los 24.000 euros que concedía cada año».

El festival, que empezó el pasado 28 de noviembre con una exposición colectiva en la librería Agapea, ha resultado ser «mejor que otros años». Lo dice Pere Joan antes de exhibir sus dotes en público. «Tenemos el deber de dibujar, hacer cómics y editarlos, pero la Administración ha de ayudarnos con la difusión. No es posible que la gente trabaje gratis», añade.

Por su parte, Gabi Beltrán incide en su postura «contraria a las subvenciones porque los artistas siempre hemos funcionado por nuestra cuenta pese a que siempre va bien recibir apoyo a nivel logístico». El autor de Històries del barri , premiado por el desaparecido Ciutat de Palma de Cómic, expuso en su primera comparecencia, Hi ha color , la técnica que utiliza a la hora de colorear y cómo la enfoca a nivel narrativo.

Otro de los presentes en las charlas de ayer, Pau, aseguró que el hecho de no tener ayudas públicas «supone que nos hayamos involucrado más todos los dibujantes de aquí. Si hubiera venido gente de fuera esto no habría sucedido». Los protagonistas del festival coinciden en repetir el año que viene. Con o sin subvenciones. «Como sea».