Antonio Fernández-Coca posa para este periódico junto a su obra, 'El arte de la ilustración. Del concepto al éxito'.

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Aunque sus peculiares y coloridas criaturas le hayan otorgado reconocimiento, Antonio Fernández-Coca (Jerez, 1966) es, antes que ilustrador, comunicador. No es artista. Tampoco lo pretende. «No pinto, desarrollo tu campaña». La editorial Anaya contactó con él a través de Twitter al percatarse de que Fernández-Coca utiliza una web con vídeos a modo de fe de erratas para que sus alumnos de Expresión Gráfica en la UIB puedan tomar nota de sus flaquezas. El sello decidió entonces encargarle un libro, El arte de la ilustración. Del concepto al éxito .

-¿Qué propone en este volumen?

-Es un manual para gente que empieza. La idea es plantear la ilustración como una parte del proyecto de comunicación. Propone un modelo de pauta para llegar al éxito.

-¿Con alguna invención?

-No hay nada que inventar. Hay cosas que mejorar, fusionar y avanzar. Lo que hacemos es reinventar, adaptar y aplicar a los soportes actuales y a las necesidades de comunicaciones sociales.

-¿Cómo lo concibe?

-Desde el primer capítulo aparecen una serie de entrevistas. Son los profesionales que nos contratan a nosotros. Los que nos dan las pistas de qué es lo que buscan cuando quieren contratar a alguien. Aparece, por ejemplo, Pablo Forner, director de marketing de Balearia, o Charo Izquierdo, periodista del Grupo Planeta. Hay dos entrevistas muy específicas sobre ergonomía y tipografía.

-¿Qué relevancia tiene la sección ergonómica?

-Habla sobre la corrección postural y propone ejercicios de estiramiento. Hay que estirar cuando ilustras porque pueden producirse lesiones.

-¿Cuál es el objetivo del libro?

-Que tú, como profesional de la ilustración, te posiciones en el mercado y vendas. Pero tienes que trabajar, no es lo de Harry Potter, no es una pócima. Es una guía, un libro blanco. Incluso se indican las normas legales, las leyes que nos repercuten, las maneras de facturar…

-En el clip 'Seguiremos', de Macaco, salen ilustraciones suyas en el Hospital Sant Joan de Déu, ¿cómo enfoca su trabajo en un espacio así?

-En el hospital hay gente ingresada equis tiempo y depende de la planta donde vayas a ilustrar. Si es cáncer o larga estancia se hace diferente porque van a estar más tiempo y se pueden cansar. Desarrollamos una historia que se cuente a través de los murales.

-¿Ha sido Custo Barcelona una influencia para usted?

-No creo en influencias, no existen. Tú respiras de cantidad de cosas en la calle. Me influye más darme un paseo por el Mercat de l'Olivar.

-¿Se considera artista?

-No hago arte. Yo comunico. Te cuento la historia dibujada.

-¿Y eso no es arte?

-El arte no busca vender. El arte busca ser vendido. La diferencia entre la ilustración y la pintura es que la ilustración se hace pensando en comunicar y vender algo y la pintura se hace por placer. Es etimológico, no es que me lo invente.

-¿Cuando empezó sabía que llegaría lejos ilustrando?

-Claro. Suena muy prepotente, pero me da igual. Si te metes es porque quieres. Hay que tener algo muy claro: hagas lo que hagas tienes que ser el mejor.