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Chenoa se une al tremendo plantel de artistas que cantará contra la deforestación de la Serra de Tramuntana esta noche, a partir de las 21.00, en el Auditòrium de Palma. Llega con nuevo material, Otra dirección, su primer vuelo lejos del radar de Universal Music, discográfica de la que se divorció recientemente. El álbum es un valiente paso al frente, un conjunto de canciones que dan sentido a esa frase de William Burroughs que aseguraba que «el secreto es permanecer». La llama del soul brilla con más fuerza en su nueva etapa, dejando hablar a sus recuerdos y estilizando el armazón sonoro del LP.

—Es el nombre más mediático que pende del cartel de la gala, ¿qué se siente?

—Los verdaderos protagonistas son los que han agotado las entradas.

—¿Como vivió el incendio?

—Estaba en Palma, veía pasar los hidroaviones, eran muchos y con una frecuencia de paso tremenda, me afectó mucho.

—¿A qué hubiese renunciado por estar esta noche en el Auditòrium?

—A cualquier concierto remunerado, sin dudarlo.

—Desde su mismo título (‘Otra dirección’) su LP ya apela al cambio...

—Es una declaración de intenciones, lo titulo así porque voy a hacia otra dirección, ¿dónde? no lo sé, pero otra. Esta situación me crea una gran incertidumbre pero también es estimulante.

—¿Fue duro asumir la totalidad del proceso creativo del álbum?

—Fue totalmente estresante, bajé siete u ocho kilos, me salió un eczema en la boca... ¡Un caos!

—¿En su música pesa más la felicidad personal o el contexto social deprimido que vivimos?

—Mi felicidad personal. Me considero una animadora en todos los sentidos, si una de mis canciones hace que alguien se sienta mejor habrá valido la pena.

—Es de las artistas que más interactua con el público, ¿es una cualidad natural o aprendida?

—Es formación profesional, mucho hotel y muchos años de casino.

—¿Se considera perfeccionista?

—Terriblemente perfeccionista. Si limpio soy la que mejor limpia, de hecho yo limpio en casa.

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—¿Disculpe...?

—Lo que oyes.

—En su vida hay un antes y un después tras...

Operación Triunfo. Me pasé diez años picando piedra, después he seguido otros diez años picando piedra pero a otro nivel.

—¿Qué ha aprendido de la fama?

—Que hay que saber llevarla. No puedes hacer promoción tres meses para que luego te pidan una foto y poner mala cara. Hay que ser consecuente.

—¿Cuándo fue la última vez que se sintió incómoda en una entrevista?

—No hace mucho. Me incomodan preguntas como: ¿Tu disco de qué va? Sólo tienen que escuchar tres minutos, me parece ofensivo.

—¿El talento de algunos artistas ha encogido porque viven distanciados del tejido social?

—Sí, creo que los artistas tenemos que estar mucho más cerca de la calle.

—Raphael confesó que ser «Raphael era lo mejor que le había pasado nunca». ¿Usted tiene la autoestima tan alta?

—No, cuando alguien es perfeccionista normalmente tiene la autoestima baja porque cree que nunca está a la altura.

—¿Es optimista en cuanto al tema de la crisis?

—No lo analizo desde el optimismo, es mejor levantarte por la mañana y decir ok, lo voy a intentar.

—¿A qué político sometería al polígrafo?

—Ninguno lo pasaría ahora mismo.

—¿Ha cambiado su relación con la Isla?

—No. He viajado mucho y te aseguro que no hay sitio como este.