Paco León, ayer, en el Club de Mar de Palma.

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Es como el alumno aventajado de la clase. Avezado y popular. Risueño y cómico. A Paco León (Sevilla, 1974) todavía le impone presentarse frente a una legión de niños para impartir una clase magistral, ayer en CineCiutat, dentro del festival MareMostra. «Son el futuro, en ellos hay que plantar los hábitos de ver cine», señala el actor y director.

El intérprete, autor de un « cinéma vérité castizo», revolucionó la contienda de la exhibición regalando 50.000 entradas gratis, en 125 salas de toda España, de Carmina y amén , la película que culmina el díptico que ha dirigido con su madre, Carmina Barrios, como protagonista. Con la segunda cinta ha saciado su hambre.

Modelo

En el primer filme, Carmina o revienta , optó por un estreno simultáneo: en DVD, Internet y cines. «Nunca he tenido la intención de predicar ningún modelo mesiánico, para mí son experimentos y maneras de probar cosas, de intentar hacer más accesible la película al público», matiza.

No obstante, en esa batalla se topó con los exhibidores, contrarios a cincelar la fórmula convencional. Sólo 20 accedieron a proyectar Carmina o revienta en sus pantallas, coincidiendo con el estreno online a un precio más económico.

«Yo quiero hacer industria y mucha gente pensaba que todas estas cosas son antisistema. Para nada». Carmina y amén ha corrido mejor suerte que su predecesora. «Quería seguir siendo fiel al espíritu experimental de la primera y encontramos esa manera de promocionar y de hacer más accesible la película», sostiene. La idea fraguó. Después de seis semanas continúa en cartelera.

El proceso de rodaje con su progenitora lo recuerda con vehemencia. «Fue muy disciplinado. Incluso con mi madre, que todo el mundo piensa que es indómita, pero para nada, es súper obediente y generosísima. El móvil para hacer estas películas era complacerme a mí, lo que diga mi Paco. Como un acto de amor a su hijo». León se ha reconvertido en una especie de representante de su madre, quien también participó en ¿Quién mató a Bambi? Ahora Barrios está pendiente de un guion que tiene que encontrar financiación. «No es tan fácil, hacer cine hoy en día en España es épico».

Tras una década como el Luisma en Aída , la serie llega a su fin. «Te acostumbras como si fuera ir al cole, para los actores es muy difícil tener un trabajo tanto tiempo», apunta. Durante este periodo no ha estado quieto. «He hecho tres o cuatro obras de teatro, películas como actor o director....». Aún conserva seguidores, «los que ven la tele», para quienes es únicamente el Luisma. Sin embargo hay otros, «que van al cine, leen el periódico, compran revistas o van al teatro», que además del Luisma conocen a Paco León. «Y eso es gracias a todas estas actividades extraescolares que me he montado».

Aquel personaje, el Luisma, «bien pagado», le permitió acumular unos ahorros -50.000 euros- que destinó a un proyecto personal liderado por Carmina Barrios, su madre. En la segunda entrega, con un presupuesto de 650.000 euros, intervino Mediaset.

Nervios

Comenzó como payaso en bautizos y comuniones. Después repartió flyers y fue camarero. Ayer, durante la clase magistral con los niños por la mañana, se acordó de su etapa como payaso. «Estaba atacado de los nervios. Me tenía que autoconvencer de que no era tan importante». Entretener a decenas de críos es un ejercicio similar al que realiza con sus películas, sólo que cambia de audiencia. Lo logra manteniendo la ilusión. «Espero que no se me agote porque también, al hacer muchas cosas, me da miedo eso de volverte cínico y creer que lo sabes todo».