El artista Gustavo posando en Berlín, donde ha inaugurado una exposición en la sede de la radiotelevisión rbb.

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El artista residente en Mallorca Gustavo Peñalver regresa a Berlín, ciudad en la que vivió veinte años entre los setenta y los noventa, para mostrar al público su obra más reciente, que abarca el último lustro y en la que no abandona su particular y colorido estilo.

«Es la obra mía de siempre, esos personajes grotescos, absurdas situaciones, pero es totalmente nueva en el sentido de que nadie conoce estos cuadros de estos cinco años, ni las esculturas de bronce tampoco», dijo Gustavo en una entrevistaantes de la inauguración de «Por amor al color».

La exposición está organizada por la radiotelevisión de Berlín-Brandeburgo rbb y se inauguró este lunes por el exalcalde-gobernador de Berlín Klaus Wowereit, muestra de que la capital alemana no olvida a este artista que, tras triunfar en Alemania, decidió regresar a la tierra de su infancia, Mallorca.

Su obra, explicó, se inspira «en la realidad» o, mejor dicho, «en la gente, en lo absurdo y estúpido de según qué situación», por lo que entre las obras expuestas en Berlín, «como es normal, hay mucha cosa sobre los banqueros, sobre los políticos y la corrupción"

Así, entre las piezas se puede ver la escultura de un «Banquero disfrazado de pájaro mallorquín» y cuadros con largos títulos, como «Grupo de músicos ensayando una canción dedicada a los banqueros fatigados de robar» o «Demonio masoquista con experiencia en numerosas disciplinas, enseñando trucos a futuros banqueros».

«Evito caer en la ilustración, eso nunca me ha gustado», subrayó el artista, que llegó a Berlín tras pasar por Barcelona, París y Bruselas.

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Además de coloridos cuadros, en la muestra se incluyen esculturas de bronce, bocetos, serigrafías y cerámicas.

«Después de sus comienzos realistas, Gustavo se ha cada consagrado cada vez más a un estilo fantástico-surrealista. Sus coloridos cuadros están habitados por extravagantes criaturas humanas y animales», señala el comunicado de la rbb.

Junto a la «imaginación barroca» de sus esculturas, destaca la rbb la ironía y el sarcasmo en los títulos de sus cuadros, como «Matrimonio tierno con preocupaciones poéticas, enseñando a sus pájaros un poema sinfónico», «Gente ambigua montando un circo, patrocinado por un geriátrico venezolano», o «Joven banquero miope, disfrazado de polilla, ofreciendo un crédito a un arbusto».

«Mis personajes es difícil saber de dónde salen. A veces un personaje es simplemente una mejilla de un señor o una señora, pero que le pongo unas piernecitas y un sombrero y ahí ya lo he vestido» explica Gustavo.

La muestra, que abre este martes sus puertas al público, podrá verse hasta el 8 de marzo en la capital alemana.

En Mallorca, donde reside, Gustavo está en proceso de instalar su segundo mural de cerámica en el puerto de Cala Rajada, para inaugurarlo dentro de uno o dos meses.

En Berlín, donde llegó a haber un hotel con su nombre, hay todavía testimonio de su obra, como un edificio en el barrio de Lichtenberg cuya fachada fue ilustrada por el artista.