Simon Andreu. | ANABEL GIL

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Simón Andreu vuelve a entrar de lleno en una producción de Hollywood de la mano del director Brad Furman, y junto a los actores Bryan Cranston (Breaking Bad) y Diane Kruger (Malditos bastardos).

En Londres ruedan desde hace unas semanas el filme The Infiltrator, la adaptación cinematográfica de la hazaña del agente federal Robert Mazur, que en los años ochenta se infiltró en los poderosos cárteles de la droga de Colombia para descubrir todo un entramado de blanqueo de dinero que salpicó a banqueros y al sistema financiero americano.

Simón Andreu es Gonzalo Mora, «un mindundi que hace pequeños lavados de dinero de la cocaína en Estados Unidos».
El actor mallorquín comparte reparto con Rubén Ochandiano. Juntos, en el papel de padre e hijo, «servirán de cebo al policía» para destapar, bajo el alias de Bob Musella, toda una red de blanqueo procedente del tráfico de drogas y de armas en el que participaba el Banco de Crédito y Comercio Internacional, que quebró en 1991.

Los Mora «eran los representantes del cártel de Medellín en Estados Unidos. Estaban en los niveles intermedios de la red, y fueron el contacto de Musella para llegar a la cúpula», detalla. Por tanto, su papel en la historia «es muy importante», explica. «Siempre es un subidón de adrenalina volver a trabajar en una película para Hollywood. No me invitan a los Goya, incluso habiendo trabajado en 170 películas. Así que me he borrado de la Academia y ahora trabajo fuera», reconoce.