Joan Colomo.

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En su cuarto álbum en solitario Joan Colomo se muestra alérgico a las medias tintas. La fília i la fòbia recoge el blanco y el negro, el día y la noche, la esperanza y el desasosiego, un ‘todo o nada’ que encierra un contundente análisis de la sociedad que nos envuelve. El vallesano vuelve a vestir sus canciones con sintetizadores, guitarras y distorsión, lugares comunes de un autor poliédrico al que en su mini gira por las Baleares (1 de abril Mahón, 2 de abril Ciutadella, 4 de abril Palma -sala Sabotage, 22.00- y 5 de abril Lloseta -Palau d'Aiamans, 19.00-) le acompaña el también cantautor Pau Vallvé.

La fília i la fòbia recoge un cambio de sonido más acentuado de lo que se intuye en una primera escucha. «A medida que haces discos intentas cambiar cosas para evitar plagiarte a ti mismo, pero en este caso la evolución ha sido muy natural», reconoce. El cambio viene dado por pequeños matices, aunque «determinantes en el resultado final».

A sus treinta y cuatro años, Colomo parte con un extraordinario bagaje profesional, «llevo desde los 15 años haciendo música». Unfinished Sympathy, Moksha o Zeidun son algunas de las bandas en las que ha dejado su impronta el ‘bandautor’, al que la crítica destaca por sus letras ensortijadas, repletas de capas de interpretación.

«Mi forma de escribir es una manera de no posicionarme claramente sobre algunos temas, supongo que es un tipo de cobardía», confiesa. Hay quien describe su estilo como ‘indie de autor’, «clasificar la música con etiquetas siempre ha sido difícil, y más hoy en día cuando cuesta encontrar un género puro y todo es una fusión de múltiples influencias», opina este músico que destaca por «hacer de la debilidad virtud».