Margalida Moner, Joan Rotger y José María Moreno, al frente del Teatre Principal de Palma. | Jaume Morey

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El Teatre Principal de Palma recortó su plantilla, con amortizaciones de plazas, en los primeros meses de la legislatura. La decisión fue polémica y activó una alarma respecto a futuros contratos, incluidos los artísticos, que realizara el teatro. A través de estos últimos, el PSOE ha podido confirmar que «se ha contratado reiteradamente a personas con vínculos familiares con la dirección del Principal». Lo dice el socialista Francesc Dalmau, miembro del patronato de la Fundació Teatre Principal.

Los documentos, a los que Dalmau tuvo acceso hace menos de un mes, revelan que cada temporada se ha colocado «a familiares y amistades» de la cúpula directiva, integrada por tres cargos de confianza y una asesora a la dirección. «Hemos podido confirmar las dudas que teníamos desde mediados de legislatura». Cita el socialista el caso de una asesora, a la que «se ha pagado todos estos años mediante facturas de unos seiscientos euros mensuales, según la documentación que solicitamos por escrito. Ahora entendemos que había otra parte de la nómina que cobraba en especies, contratando a algunos de sus familiares directos».

La documentación consultada por el PSOE muestra que un grupo de personas, entre los que hay «amigos» de los directivos, ha trabajado como equipo artístico interno estable toda la legislatura. Dalmau señala las labores de regiduría, asistentes de escena, ayudantes de regiduría y utillaje, por ejemplo. Éstas se han confiado a las mismas personas con cuatro o seis contratos artísticos anuales a cada una. «No todo el mundo ha tenido las mismas oportunidades. Son contrataciones propias de los clanes mafiosos», denuncia.

«En ningún caso se pone en duda la profesionalidad de las personas contratadas, pero parece que no hay nadie más para desarrollarlas», reprocha.