La pintura del retablo de la iglesia ha saltado por culpa de la humedad.

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La orden jerónima se sintió por fin «aliviada» cuando comprobó que el informe de las dos expertas del Instituto del Patrimonio Cultural de España (IPCE) constataba que el monasterio de Santa Elisabet de Palma no es el lugar adecuado para albergar obras de arte del fondo del convento. A pesar de las indicaciones de este documento, el Consell de Mallorca insiste en que la solución «más óptima» sería «mantener esos bienes en el convento» de Ciutat y no separar este conjunto patrimonial, que es Bien de Interés Cultural (BIC), «tal y como señala la Llei de Patrimoni Històric». Así lo expresó la directora insular de Patrimoni, Kika Coll, en su primera visita a este monasterio, en la que estuvo acompañada por dos técnicos del Consell.

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«La idea es no sacar nunca las piezas de su ubicación original para no deshacer una colección que es BIC», indicó Coll, pero «evidentemente, es una medida preventiva, ahora hay que buscar un lugar definitivo que esté en condiciones y lo óptimo es que fuese dentro del propio convento de Santa Elisabet, porque lo más normal, y lo que dice la ley es que las piezas no salgan», añadió.

Sobre la propuesta de las monjas jerónimas de trasladar todos estos bienes al Convent de Sant Bartomeu de Inca, donde las religiosas que residían Palma viven desde hace ahora un año, Coll explicó que «aunque ellas han procurado un espacio en Inca para su cuidado, y siempre desde su buena intención, no conocen realmente cómo hay que cuidar estas obras, se deben dejar aconsejar por expertos».