Importante hallazgo al documentar por primera vez un ritual de comensalidad, hasta la fecha inédito en Menorca. | Museu de Menorca

TW
0

Un equipo de arqueólogos coordinado por el Museu de Menorca analiza el hallazgo de un depósito intacto con medio centenar de vasos prehistóricos en sa Mola (Alaior), que, de confirmarse, sería el primero que se encuentra en la isla y que formaría parte de los rituales funerarios en cal.

La excepcionalidad del hallazgo, que todavía está en proceso de estudio, consiste en que, según la interpretación de los investigadores, este depósito de vasos formaría parte de los rituales funerarios de comensalidad vinculados a enterramientos en cal dispuestos dentro del hipogeo, un hecho nunca antes documentado en Menorca, y además son de un tipo exclusivo de la isla.

El depósito de medio centenar de vasos se ha hallado en buen estado de conservación, y acompañado de restos de huesos de animales.

El arqueólogo Octavio Pons ha destacado la importancia del hallazgo de estos restos datados entre los siglos III y II aC. «Hemos documentado por primera vez un ritual de comensalidad, hasta la fecha inédito en Menorca», ha asegurado en declaraciones a Efe.

Pons ha explicado que las investigaciones derivan de estudios realizados a principios del siglo XX por el arqueólogo Joan Flaquer Fàbregues (1887-1963). «Flaquer documentó cerca de 300 vasos con finalidades rituales del hipogeo de Sa Mola, pero nunca publicó los resultados de la excavación. Nosotros, simplemente, hemos continuado la investigación», ha remarcado.

El arqueólogo también ha enfatizado la relevancia de publicaciones de otros arqueólogos o amigos de Flaquer como Julio Martínez Santa-Olalla y Antoni Vives Escudero para poder continuar la investigación. «En una carta de 1917 aparecía un mapa con el deposito de los vasos en el exterior del hipogeo que, según parece, se trataría de un santuario dedicado a la diosa púnica Tanit», ha recordado.

La investigación comenzó con motivo de la próxima exposición que dedicará el Museu de Menorca a la figura de Flaquer y su colección particular, que está depositada en el museo desde 2017, ha explicado la institución en un comunicado.

A partir de sus investigaciones, los científicos supieron que gran parte de los vasos prehistóricos de la colección proceden de un hipogeo situado en sa Mola, la mayoría están datados en el talayótico final y son de un tipo único y exclusivo de Menorca: el vaso de fondo alto, siempre relacionado con rituales.

Aunque el descubrimiento de Flaquer fue excepcional, nunca publicó los resultados de su excavación.

Para retomar la investigación a partir del hallazgo realizado por Flaquer a principios del siglo XX, el equipo de arqueólogos del Museo de Menorca, formado por Montserrat Anglada, Octavio Pons y Bruno Parès, inició nuevas investigaciones en el yacimiento.

Una vez localizado el hipogeo, emprendieron dos tipos de trabajo documental para conocer cómo era la cueva en origen y cuál era su función.

Por un lado, se realizó una fotogrametría completa del hipogeo que debe permitir realizar su modelado 3D y, a la vez una reconstrucción hipotética de cómo era antes de las diversas modificaciones sufridas a lo largo del tiempo.

Por otra parte, se llevó a cabo un sondeo arqueológico en el llamado «patio delantero» del hipogeo, una cavidad de forma irregular trabajada en la roca situada frente a la puerta de entrada.

Además de localizar el lugar donde Flaquer excavó el famoso depósito, se ha realizó un hallazgo excepcional y se pudo documentar una parte de este depósito intacto.

La agrupación de materiales está formada por un conjunto de unos 50 vasos prehistóricos en buen estado de conservación, acompañados de restos de huesos de cabra u oveja y de cerdo.

Aunque ya se han excavado este tipo de cavidades, algunas recientemente, nunca se había encontrado un conjunto de estas características.

Si bien el depósito de vasos fruto de rituales funerarios de comensalidad vinculados a enterramientos en cal es muy común en otros lugares del Mediterráneo durante la protohistoria y en época clásica, en Menorca es la primera vez que se documentan.