La actriz británica Laura Haddock.

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Es una de las actrices más prometedoras del momento y todo apunta a que su carrera está a punto de despegar de manera definitiva. Laura Haddock (Reino Unido, 1985), vista en taquillazos como Guardianes de la Galaxia o Capitán América: El primer vengador, es la protagonista de la nueva apuesta de ficción de Netflix, White Lines, creada por Álex Pina (La casa de papel), rodada en la Isla en 2019 y que se estrena hoy en la plataforma de streaming. Haddock avanza las claves de su personaje.

¿Cómo es su personaje, la protagonista White Lines?

—Interpreto a Zoe Collins. La conocemos al principio de la serie, cuando se entera de que el cuerpo de su hermano, desaparecido hace 20 años en Eivissa, aparece en Almería. Ella ha estado afligida por lo que pasó desde entonces, está herida y ha vivido en ese limbo durante dos décadas. Entonces, cuando ocurre eso, decide que es el momento de viajar a Eivissa para descubrir lo que pasó. Se convierte en una especie de detective.

¿Qué relación tenía Zoe con su hermano e Ibiza?

—Estaban muy unidos desde pequeños, cuando perdieron a su madre a una edad muy temprana. Él era extrovertido, con mucho morro, y ella más tranquila, callada y reservada. Su hermano decidió seguir su sueño de triunfar en la música y se marchó a Eivissa, pero ella no quiso ir con él. Ella no quería que su hermano se fuera, que la dejase.

Hay un segundo reparto que interpreta a los protagonistas en la trama que ocurrió hace 20 años, ¿también ocurre con su personaje?

—Sí, así es. Es la manera de mostrar cómo fue aquel momento y la época, porque los 90 fueron muy icónicos. El movimiento musical y la escena que se originó en Mánchester y que luego pasó a Eivissa fue un precedente para el mundo de la música. Cuando mi personaje es joven, se ven las conexiones que tiene con su hermano. Cuando vuelve 20 años después, ese viaje se convierte en no solo la búsqueda de la verdad, también es un viaje al interior de Zoe, de auto descubrimiento. Ella se quedó en Mánchester, se casó y tuvo un hijo. Ahora tiene que salir de esa zona de confort.

¿Hay algo oscuro detrás Zoe Collins?

—Cuando llega a Eivissa, como ya he dicho, ella se descubre a sí misma y se da cuenta de que tiene muchas cosas en común con su hermano. Por fin puede sentirse libre y hacer muchas cosas, cosas que no había hecho jamás. Tiene ganas de expresarse, de decir ‘aquí estoy y esta soy yo’.

¿Podría ser una de las sospechosas del asesinato?

—Es una buena pregunta, pero no, ella no es una sospechosa. Cuando pasó todo ella estaba con su familia en Mánchester... pero nunca se sabe, ¿verdad?

En el avance de White Lines la vemos en muchas escenas de acción.

—Zoe llega a Eivissa procedente de una zona tranquila de Mánchester. Entonces se ve envuelta en persecuciones de coches, de barcos, las fiestas... Quiero dar gracias a los especialistas, no podría haberlo hecho sin ellos.

¿Cómo ha sido trabajar junto a Álex Pina?

—Cuando me llegó el guion y vi que Álex Pina estaba detrás de esta serie pensé: ‘¿En serio?’. Lo tuve muy claro, acepté. Lo que ha hecho en series como La casa de papel es increíble, sobre todo con los personajes. Hace que en un episodio les odies, y en otros les ames. Es un honor poder trabajar con él.