Andreu Negre, en una imagen de archivo. | Archivo UH

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Con su cámara, Andreu Negre Estarellas, que acaba de fallecer, supo como captar Mallorca y toda su idiosincrasia; de hecho, en las múltiples exposiciones que realizó captó tanto paisaje, su esencia rural, sus tradiciones y también buques insignia de nuestro patrimonio como es la Catedral. Ahora, tras su muerte, deja un vasto legado que servirá para que las próximas generaciones sean testigos de una Mallorca que, prácticamente, ya no existe.

Nacido en Bunyola en 1935, Negre fue un fotógrafo especializado en fotomontajes de laboratorio. Fue redactor gráfico de la revista Fiesta deportiva y colaborador de este rotativo, Ultima Hora. La docencia fue otra de sus importantes facetas; en el año 1970 se incorporó como profesor de fotografía artística en la Escola d’Arts Aplicades i Oficis Artístics de Ciutat, y desde 1989 también fue asesor de medios audiovisuales del Centre de Professors de Manacor.

Famosas fueron sus exposiciones sobre tradiciones como el ball de bot, y de elementos patrimoniales como los molinos. Todo este trabajo le reportó galardones como el Ciutat de Palma de fotografía (1967, 1971 y 1979), entre otros.