Javier Bonet es el nuevo regidor de Cultura del Ajuntament de Palma. | Jaume Morey

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Entusiasmo, ímpetu y, sobre todo, ganas de cambiar las cosas. El nuevo responsable del área de Cultura del Ajuntament de Palma, Javier Bonet (Ciutat, 1985), se ha puesto como objetivo aupar a la capital balear como epicentro cultural del Mediterráneo. Una misión para la que se ha rodeado de un equipo «preparadísimo y que conoce el terreno» para trazar un proyecto «transformador» del cual avanza algunas de las claves en esta entrevista con Ultima Hora.

¿Cómo están siendo estos primeros días en Cort?
—Están siendo unos primeros días interesantes, si bien la gran parte del tiempo la he dedicado a la coordinación y puesta en marcha del consistorio. Ya he podido visitar varias dependencias de Cultura, como Can Balaguer o el Casal Solleric.

Precisamente, nos encontramos en el Casal Solleric para realizar esta entrevista y para el que tiene «un gran proyecto de rehabilitación».
—Nos hemos encontrado con un Solleric donde ha habido poco mantenimiento y ninguna reforma integral en décadas. La situación es complicada y se necesita una intervención. Es el corazón de la cultura en Palma y no puede dejar de latir, por eso se irá rehabilitando por fases durante los próximos cuatro años y nunca estará cerrado, la actividad no se frenará en ningún momento. El Solleric tiene que volver a ser el centro de referencia del arte contemporáneo en Palma, tiene que recuperar el prestigio nacional e internacional perdido en estos últimos ocho años; pero insisto, no podemos ofrecer una programación de calidad si las instalaciones no están en un estado digno.

¿Quién lo dirigirá?
—Pensamos que la persona ideal para dirigir el Solleric es Fernando Gómez de la Cuesta. Es el coordinador del área de Cultura i Arts Visuals y ya ganó un concurso con un tribunal independiente [en 2016] aunque no pudo llevar a cabo su proyecto, que era muy interesante.

Una de sus grandes promesas electorales es un museo internacional en el edificio de Gesa. Dada su singularidad y protección, ¿es un proyecto realista?
—Es realista, ambicioso y necesario. Lo primero que se encuentra alguien que llega a Palma es un edificio en ruinas y todos se preguntan por qué está así. Y es así por desidia, por la inoperancia de diferentes gobernantes. Es un proyecto ambicioso porque se necesita una gran inversión y por eso es clave que una marca internacional lleve a cabo este museo de arte moderno y contemporáneo, que lo gestione y dé sentido al edificio. Es un edificio protegido y será necesaria una rehabilitación especial. Será un museo transformador y tractor para la ciudad, que complementará a los otros museos con los que cuenta la ciudad y a las galerías de arte privadas.

¿Cuándo será una realidad?
—Ya estamos trabajando, con diferentes reuniones con Endesa [la propiedad] y ya existe un principio de principio de acuerdo entre Cort y Endesa para una permuta del edificio con diferentes propiedades y solares del Ajuntament. Queremos ver si ese principio de acuerdo es viable y empezar a dar pasos. Nos encantaría que fuera una realidad antes de que termine la segunda legislatura y nos vamos a ocupar de que así sea.

¿Tiene claro que gobernarán durante dos legislaturas?
—Así va a ser, no nos cabe la menor duda. Para algunas de las propuestas que hemos dicho que vamos a ejecutar no serán suficientes cuatro años, no nos queremos pillar los dedos.

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Heredan dos futuros espacios: el centro de circo de Can Ribes y el Centre d’Art i Creació (CAC) en la antigua prisión. ¿Qué pasará con estos proyectos?
—Ambos son el ejemplo de lo que han sido estos ocho años de políticas de izquierdas en Palma. En el caso de Can Ribes, se han hecho ocho ruedas de prensa para algo que no existe. A día de hoy nos hemos encontrado una modificación de crédito de 200.000 euros porque no estaba todo presupuestado. Tenemos que valorar si es necesaria esa modificación e incluso los usos. No le puedo asegurar que será un centro de circo, pero sí que está dentro de las posibilidades.

¿Y sobre la vieja prisión?
—Lo único que se ha hecho es limpiar el foso para hacer algo puntual, un gasto de la Administración que no ha servido para nada, ahora hasta hay personas viviendo allí en condiciones infrahumanas. No lo podemos consentir como Administración pública. No hay un solo documento que hable de este proyecto, solo ideas de diferentes concejales que no se han llevado a cabo. Hay que valorar qué hacer y, de momento, el CAC se quedará en Ses Voltes hasta que se decida qué hacer con la antigua prisión.

¿Qué línea desarrollará para los teatros municipales de la ciudad?
—Estamos aterrizando, viendo que se ha hecho y cómo podemos poner en marcha nuestra línea de programación. Queremos que la gente sepa que pasa en cada uno de los teatros [Xesc Forteza, Mar i Terra y Catalina Valls] y que haya una programación anual que dé seguridad, también a las compañías y los artistas.

¿Por qué está cerrado el Teatre Catalina Valls?
—El anterior consistorio no nos ha dado ninguna explicación. La semana que viene haremos una visita para conocer qué está pasando y la razón del cierre.

El cuidado y mantenimiento del parque escultórico es otra asignatura pendiente.
—Es una de las razones por las que se ha creado la dirección general de Patrimoni i Interpretació de la Ciutat [con Pilar Ribal al frente]. Le puedo decir que hay un plan para ello, que habrá presupuesto y personal para llevarlo a cabo.

¿Cuál es su plan para Can Serra? Su estado es lamentable y arrastramos años de promesas.
—Es un edificio tan único y tan especial que cada vez que paso por delante y veo el estado en el que está, apuntalado y lleno de grafitis, con suciedad y dejado de la mano de Dios, se me encoge el corazón. Necesita una rehabilitación integral para devolverle su esplendor y nos encantaría que así fuera. Hay diferentes partidas que se podrían destinar a ello, como la ‘ecotasa’, sería un buen ejemplo de a lo que se debería destinar el dinero de ese impuesto y no a conciertos y galas de premios.

¿Cómo proyecto la relación con Vox? Les necesitarán para sacar adelante estas propuestas.
—Yo entiendo que, dentro de los propios concejales que están en Vox, muchos de ellos tienen sensibilidad por la cultura; no va a haber ningún impedimento por parte de Vox, o así lo entiendo yo, para que se invierta y se mejore la oferta cultural.

Siempre hablan del binomio turismo y cultura.
—Vamos a trabajar para tener la mejor oferta cultural del Mediterráneo para los residentes, y si la tenemos todos los que nos visiten querrán venir para saber qué está pasando en Palma. La relación es casi directa.

La presidenta Prohens anunció en su acto de investidura que el arte volverá a sa Llonja.
—Todos coincidimos en que no tiene sentido que uno de los edificios más importantes y singulares esté cerrado. Las exposiciones de primer nivel tienen que volver a sa Llonja.