El cantante Borja posó para esta entrevista en Palma. | M. À. Cañellas

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Sin creérselo todavía del todo, pero calando poco a poco, Borja todavía está digiriendo lo que ocurrió hace una semana. Es normal. No todos los días se logra una nominación a un Latin Grammy. En su caso, además, se da la circunstancia de que es cumplir «algo que para mí ha sido siempre un sueño, por lo que me parece una barbaridad», reconoce a este diario. Y es que el cantante ha sido considerado junto a otros nueve contrincantes como Mejor Nuevo Artista por su primer álbum, Rimas del verbo amar, y entra ahora en una emocionante cuenta atrás por saber si se lleva el gramófono a casa. Todo se decidirá el 16 de noviembre y, además, en Sevilla, siendo él el único español de la categoría, por lo que juega en casa.

Y es que el cantante, productor y compositor se ha colado en la lista de nominados sin hacer nada de ruido, pero muchísima música y con muchísimo trabajo. «Han sido dos años cuando pude hacer real mi sueño de cantar y saqué mi primera canción». Sería la primera piedra de un proyecto más ambicioso que acabaría por formarse del todo hace unos pocos meses bajo el nombre de Rimas del verbo amar, su primer álbum, creado principalmente en Miami, aunque con algunos temas grabados también en Mallorca.

Se trata de un disco de pop romántico compuesto por 12 temas en los que explora «las sensaciones de amar, aprender a ser vulnerable, y esos sentimientos de los que nadie puede escapar. Es mi viaje por la vida», declara Borja.

Trabajo

No menos sorprendente es el hecho de que todo se lo ha cocinado él mismo: «Todo cuesta en la vida, pero como soy independiente no tengo ninguna discográfica detrás pagándome viajes o metiendo dinero.Todo lo hecho yo con amigos, yendo al estudio de uno, buscando huecos, etcétera». Un camino largo en el que «he ido canción a canción, con un crecimiento pequeñito en el que me he dado mucha caña a mí mismo», reconoce.

Porque además de componer y grabar, Borja ha compaginado su ambición artística con su propia formación tras graduarse en Boston y entrar a trabajar en un estudio de grabación en Miami, donde ha hecho un poco de todo: «Ha sido como si estuviera de becario. Pude aprender de cómo componen otros, ver sesiones de grabación en directo, etcétera». También le sirvió para hacer amigos y conocer gente que luego, poco a poco, se han ido sumando a su proyecto personal. Son esos amigos que han hecho posible el disco, la gente «te quiere y te quiere cuidar». Los mismos por los que «estoy triplemente feliz, porque lo hemos sacado adelante nosotros».

No obstante, no todo ha sido un camino de rosas, y él mismo recuerda que llegó un momento en el que tuvo que tomar una decisión: «Me dije que tenía que centrarme en el proyecto e ir al 100% a por él. Si quieres algo de verdad tienes que arriesgarte», se repetía. Todo movido por una filosofía vital en la que cree fuertemente: «Soy creyente de que la vida está para soñar muy fuerte y ver qué pasa. Una parte fuerte del proceso ha sido estando yo solo en mi habitación soñando y confiando en el talento que uno cree tener».

Premio

Por estas razones, ahora se halla en «el momento más feliz de mi vida y de mi carrera musical». Y aunque obviamente desea ganar, sobre todo al ser el único español de la categoría y al celebrarse la gala en España, pero confiesa que ya ha «ganado solo por la nominación» y avanza que sigue teniendo muy claro su camino: «Seguiré haciendo lo que me gusta, canciones»

Con predilección por Santanyí, Borja, hijo de una mallorquina, reconoce que no cambiaría Mallorca por nada, ni por Miami, y avanza que le encantaría poder traer el Grammy a la Isla. El 16 de noviembre será el día de la verdad. «Creo que si visualizas las cosas y trabaja puedes hacer que ocurran», comenta. La visualización empezó hace años y el trabajo solo acaba de empezar, ahora solo queda soñar.