El rapero Xavibo posó para este diario en Palma. | Teresa Ayuga

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Es fácil encasillar a un artista en un género cuando se amolda a este. Si suena a pop, es popero. Si suena a rock, pues será rockero. Algunos, no obstante, se encasillan en ellos mismos, logrando que su música no suene ni a pop ni a rock sino a todo y su contrario a la vez. Es decir, suenan a ellos mismos. Eso ocurre con Xavibo, que vive, y «muy a gusto» en esa especie de «limbo o género imaginario» en el que se ha instalado y que hace que sea para la industria «difícil encasillarme». Fruto de ese lugar de fronteras difusas es Papel de burbujas, su tercer álbum de estudio que cuenta con varias colaboraciones y cuya gira arranca este mes de octubre con paradas por toda España y en México.

Xavibo es el apodo de Xavier Bofill, mallorquín nacido en Palma que en los pasados premios NIN de la música independiente se alzó con el reconocimiento a Mejor Letra por su tema Llorar al revés. «Me hizo mucha ilusión porque era la única categoría en la que estaba nominado y, además, era la única que me interesaba». No obstante, no cree que sea «ni de mis cinco mejores letras, aunque sí es sincera y con muchas imágenes».

Imágenes

Y es que Xavibo trabaja mucho algo que podría llamarse poesía visual, ya que sus letran evocan instantes, estampas. «Me interesa mucho que cuando se escuchan mis letras vengan imágenes a la cabeza», algo que le hace estar atento a las pequeñas cosas diarias para apuntarlas en su móvil: «Soy como un cazador de ideas. Escucho una conversación en la calle o veo una madre jugando con su hija y apunto conceptos, palabras, y luego en el estudio miro dónde me llevan».

Esa es la faceta que mejor lleva, la de escribir, porque «me siento escritor, porque no se me da bien cantar, algo que hemos ido camuflando», comenta riendo. Esta pasión le viene de pequeño, de hecho, y mucho antes de entrar en el mundo del rap: «Ya redactaba mis poemas cuando era pequeño y recuerdo que en Navidades le recitaba a mi abuela uno como regalo». No obstante, fue la música urbana, en parte tras escuchar En boca de tantos de Porta, lo que le hizo darse cuenta de que «en este género no hacía falta cantar para hacer música, y me dije: está hecho para mí».

Así arrancó en un mundo, el de la música, por el que ha transitado con bastante éxito hasta la fecha, incluyendo Tiroteo, tema que coescribió junto al también mallorquín Marc Seguí y que fue versionado por Rauw Alejandro. «Aunque acabé un poco harto de ella, en su momento estábamos muy orgullosos», reconoce.

Fragilidad

Sin dar la espalda a las influencias del rap, pero sí abriéndose a muchas otras sonoridades e ideas musicales, Papel de burbujas explora temáticamente «la idea de proteger envolviendo con ese tipo de papel cosas que no quiero que se rompan». Se trata de una metáfora que usa para hablar de «mi madre, mi relación anterior, etcétera», y que surgió a raíz de ver algo tan anodino como «una niña explotando ese papel». Así pues, el disco, hecho entero con Andrés Goiburu y que cuenta con 13 temas y varias colaboraciones, explora «el pasado, los recuerdos, haciendo canciones muy sensibles y frágiles».

Es, pues, una exploración de la nostalgia, un sentimiento vital para Xavibo que lo considera «el más intenso» porque es una «tristeza que llega con recuerdos alegres» y que en este álbum le sirve como pretexto para explorar sonidos que se acercan al pop, a ratos, pero también a otros géneros y en general a «lo que necesitara el disco en cada momento». «Me apetece todo el tiempo mezclar cosas», avanza Xavibo que confiesa que «aunque me encanta el rap, noto que es demasiado cuadriculado a nivel de estructura y musicalidad». Por ello, ahora se ve envuelto en su propio «folk del futuro», su forma de ver y describir una música «que tiene mucha energía del campo y a través de la cual le gusta imaginarse «lo rural futurista con toques urbanos y acústicos», muy «parecido a lo que hago yo». Aunque, por si acaso, también matiza: «Con todo el respeto a la gente a la que le gusta el folk porque no tengo ni puta idea de lo que estoy diciendo, simplemente me gusta llamarlo así».