Marina de Cabo, junto a Javier Bonet. | M. À. Cañellas

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«Todavía estoy flipando y muy nerviosa, no esperaba ganar el premio porque ni siquiera me acordaba de que me había presentado y es una alegría inmensa, cuando me llamo Javier Bonet [regidor de Cultura] para decirme que había ganado no me lo podía creer». Son palabras de Marina de Cabo, flamante ganadora del Premi Ciutat de Palma Joan Alcover de Poesia con Deixar de fer peu. Un poemario que invita a cuestionarse la propia «identidad» a partir de un elemento arquitectónico como es «una piscina».

«El epicentro del poemario son las piscinas y está articulado en tres partes», avanza la autora. El reflejo del agua, el acto de sumergirse «en busca de una permanencia de mi cuerpo como identidad» y, finalmente, «la contemplación de situaciones que ocurren en piscinas ajenas», cuenta. Unas situaciones que llevan al lector a pesear por los cuadros de Hockney o Matisse, los balcones de Magaluf, las brazadas de Boris Vian antes de morir, las gestas de Esther Williams o la piscina de la película Somewhere de Sofia Coppola.

Deixar de fer peu ha cautivado al jurado del galardón: lo califica como «sensacional, complejo e innovador» desde el primer poema, Fe, un poemario «lúdico y profundo al mismo tiempo y que establece una conexión entre diferentes disciplinas artísticas: cine, música, literatura...».

Para Marina de Cabo, este Ciutat de Palma Joan Alcover «supone un impulso y la dotación económica me permitirá concentrarme en la edición».