La exposición 'Constantes vitales', de Luis Gordillo, se inaugura este jueves en el Casal Solleric de Palma. | Miquel À. Cañellas

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Luis Gordillo (Sevilla, 1934) regresa a Mallorca con su primera exposición institucional. Se trata de la más completa realizada hasta la fecha en la Isla y lleva por título Constantes vitales. En la muestra se recogen los trabajos de las últimas décadas del artista, configurándose como una antológica del siglo XXI de un creador con una trayectoria de más de seis décadas, y que atesora premios como el Nacional de Artes Plásticas y el Velázquez. La muestra se inaugura este jueves, a las 19.00 horas, y está comisariada por Fernando Gómez de la Cuesta y Sema D’Acosta.

Constantes vitales, que se podrá visitar en la planta noble del centro hasta junio, se organiza a partir del juego con diferentes formatos y técnicas. En la muestra se agrupan más de 70 dibujos, dos vitrinas con texto y obras de gran formato en las que destaca el collage, tan característico en la obra de Gordillo. Esa alternancia hace que convivan salas con obras en A4 y otras en la que se muestran formatos de casi nueve metros.

El espacio juega un papel importante. Diseñado por Óscar Florit, director de L21, introdujo en las salas fragmentos de diferentes colores para crear un juego que se aproxima a lo escenográfico. «Se genera un diálogo entre los tipos de obras y los colores, que pasan de cálidos a fríos», explica D’Acosta, a la vez que añade que «este juego cromático en las paredes y en los tamaños de las piezas genera una tensión que revierte en la narrativa de la muestra».

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Técnicas

En cuanto a las técnicas, los collages conviven con papeles de colores y cartulinas, en los que destacan trazos de rotulador o ceras cremosas apenas camufladas bajo papeles cebolla. «La obra de Gordillo no parece la obra de un artista de casi noventa años. Se trata de piezas que tienen una capacidad infinita de jugar con técnicas y dibujos. Resultan muy frescas», aclara D’Acosta.

Una de las curiosidades de la exposición es que muestra el interés por la literatura del creador sevillano. No en vano, Gordillo publicó un libro de poemas, Little memories. «Los títulos de sus cuadros tienen una parte que lleva al autor a investigar las posibilidades del lenguaje», señalan los comisarios. Esos papeles con juegos de lenguaje están presentes en la muestra en dos vitrinas en las que se pueden contemplar sus juegos de palabras y como bebe casi del surrealismo. «Rescatamos esas investigaciones para mostrar un proceso que, salvando las distancias, me recuerda al de Miró», indica D’Acosta.

La muestra se completará con una acción, prevista para mayo, en la que el propio artista recitará sus textos, que él mismo califica de «antipoemas» en una clara referencia a Nicanor Parra. En su poemario, el autor sevillano regala greguerías o aforismos impagables como ‘dame pan que vengo sediento/ sediento de dientes impares’ o ‘testiculéame que algo queda’.

Fernando Gómez de la Cuesta, Javier Bonet, Óscar Florit y Sema D’Acosta.

Por su parte, Gomez de la Cuesta, quien aparte de comisario de la muestra junto con D’Acosta es el director del centro palmesano, agradeció la generosidad de la galería Maior, destacando que «es un espacio galerístico que lleva representando a Gordillo desde los años noventa y que, gracias a su trabajo, la obra del sevillano pudo verse anteriormente en la Isla. Existe una ligazón sentimental que hizo posible esta exposición».

Mientras, el regidor de Cultura de Cort, Javier Bonet, afirmó que «se trata de una gran apuesta por uno de los referentes nacionales de la plástica. Estamos ante una muestra que ejemplifica la cultura en mayúsculas y el camino que queremos seguir en el Casal Solleric».