El artista Pep Coll posa delante de una de las obras que forma parte de la exposición 'La confessió d'un pocavergonya', que se inaugura este viernes en la galería 6A de Palma. | M. À. Cañellas

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«Por fin he podido trabajar sobre el poema, por fin he conseguido hacer esta exposición. Al final, las cosas no las escoges tú, sino que son las cosas las que te escogen a ti», reconoce Pep Coll (Palma, 1959) sobre La confessió d'un pocavergonya, el nuevo proyecto expositivo que inaugura este viernes día 12 (19.00 horas) en la galería 6A de Palma y que se basa en el poema homónimo del ruso Confesión de un granuja, en castellano, de Serguei Alexándrovich Esenin (1895-1925).

Y es que Coll recuerda que conoció la obra del poeta ruso-soviético a partir de una presentación que ofreció Josep Maria Llompart a principios de los años 80 a partir de una traducción que firmó Guillem Nadal. «La confessió d'un pocavergonya siempre me quedó ahí, en mi mente, y me iba apareciendo de forma recurrente a lo largo de los años, convirtiéndose en una obra de cabecera para mí», explica sobre esta pieza, que, según apunta, habla de la payesía y a la vez de su infancia: «Vierte todos sus recuerdos, de cuando sus padres le decían que no metiera los pies en los humedales porque se podía resfriar».

La exposición tiene como punto de partida un cuadro que constituye una bandera para «ayudar al espectador a situar a Esenin en los tiempos convulsos que vivió, pues escribió el poema en los años 20 del siglo anterior, en tiempos de la revolución soviética, en la que también eran conocidos otros poetas, como Mayakovski. A partir de ahí, cada espectador tiene que hacer su propia lectura».