TW
7

La gruta más glamurosa de Menorca ha cumplido medio siglo. Portada este verano a nivel planetario de las revistas Conde Nast Traveller y Lonely Planet, la Cova d’en Xoroi sigue siendo espectacular de día, mágica al atardecer y sorprendente por la noche. Así se la conoce en el mundo entero, después de haber conquistado las mejores puestas de sol de la isla y haber creado momentos muy especiales a lo largo de su larga trayectoria.

Está en un enclave singular excavado en la roca calcárea de Menorca, donde un equipo de más de cincuenta profesionales se encarga de que la experiencia sea completa. No en vano, cada año más de cien mil personas acuden a este espacio natural ubicado sobre un precioso acantilado de la costa sur en Calan Porter, tocado por la historia y bañado por el mar.

ORÍGENES. Cuenta la leyenda que Xoroi fue un pirata superviviente de un naufragio que se refugió en la cueva y atemorizó a la población de Menorca hasta que unos hombres armados descendieron hasta la gruta natural para capturarlo, y acabó lanzándose al mar. Como dirían los italianos, si no è vero, e ben trovato. Sea cual fuere la historia, en junio de 1964 Ángel Hidalgo, Bernat Mascaró, Patricio Piris y German Llopis fueron los cuatro empresarios que decidieron convertir la bóveda excavada en la roca en una discoteca. “Hoy sería difícil plantear una monstruosa inversión, casi imposible de amortizar”, explica Miquel Mascaró, al frente de la Cova d’en Xoroi desde hace dieciséis años junto con Miquel Menorca. “Se hicieron los accesos y se planteó como discoteca. Se abría para las visitas y se cerraba al ocaso. De hecho, fue a partir del año 2000 cuando decidimos implantar las puestas de sol como uno de los grandes momentos de la Cova y pese a que al principio no funcionaron, hoy se han convertido en un motor mágico de atracción brutal”, explica Mascaró. Su espectacular terraza está también considerada una de las más chic de nuestro país.

CAMBIO. Cuando Miquel Mascaró regresó de Berlín en 1998 se incorporó a la Cova d’en Xoroi con la vista puesta en su transformación en un lugar premium. “Yo no veía una gruta, veía un gran mirador con unas vistas impresionantes y muchas posibilidades”, explica. Mascaró tiene alma de emprendedor y empresario. Se ha formado en la London School of Economics y en IESE pero ha tenido una vida curtida de experiencias internacionales. “A los 18 me fui de Menorca rumbo a nuevos proyectos y no regresé hasta los 35. Estuve los primeros años trabajando para el grupo Barceló, primero en Londres, luego en Nueva York, en etapas diferentes para hacer mi última etapa en Berlín, donde estuve colaborando ocho años para el grupo Prisa, haciendo temas culturales en la Filarmónica de Berlín”, detalla. “Regresé a la isla y como mi padre tenía unas acciones en la Cova, estuve dos años observando cómo podía hacer que fuera diferente”, relata. “La Cova entonces estaba muy integrada socialmente para los menorquines como sitio entrañable de su primera salida, pero le faltaba recorrido. Por ello, planteamos junto con Miquel Mascaró una serie de inversiones técnicas en temas de calidad de sonido, iluminación, seguridad y un largo etcétera que en dos años trazaron el rumbo de la nueva Cova d’en Xoroi”, explica. Hoy está considerada una de las cinco mejores discotecas de nuestro país y tiene una marca de reputación global incuestionable.

Dice Miquel Mascaró que el espíritu de la Cova d’en Xoroi está muy asociado al entorno natural donde se encuentra, un acantilado de 30 metros de altura donde lo que transcurre cada momento del día se convierte en un momento especial. De mayo a octubre abren diariamente de 11 de la mañana hasta 6.00 de la madrugada. “Desde la salida del sol hasta su despedida. Los días de luna llena se han transformado en experiencias que todo el mundo quiere vivir en la Cova”, explica.
“Hemos segmentado nuestra oferta por públicos, desde la familia que acude atraída por las vistas, a las parejas que vienen al chill out, o los amigos que quieren tomar algo en un lugar diferente y se encuentran con un concierto”, añade. “Nosotros movilizamos más gente de día que de noche, y pueden llegar a pasar más de 1.000 personas en temporada alta. En Menorca, los locales de ocio que solo pueden vivir de la noche tienen la vida muy complicada”, explica.

En la Cova d’en Xoroi son también un reclamo las fiestas de marca que cuentan con la colaboración de Pachá Ibiza. “Las noches han cambiado con el paso del tiempo y si en el año 2000 habíamos trabajado mucho la música electrónica, decidimos abrirnos también a temas más comerciales para no perder una franja de edad que también la demandaba. De hecho, creamos una productora musical con la que hemos editado 14 CD y que se han convertido en objetos de culto por todo lo que representa la Cova”, añade Mascaró.

Las cien mil personas que reciben cada año son testimonio fiel del éxito conseguido y su repercusión en redes sociales es de igual modo exponencial. “Somos número uno en engagement y con un clic podemos llegar a 500.000 personas”, concluye.

TRABAJO EN EQUIPO. Una de las cosas que más remarca Miquel Mascaró es el trabajo en equipo que supone poner en marcha cada día la Cova d’en Xoroi. “En julio y agosto tenemos cincuenta personas dadas de alta pero si tenemos en cuenta los servicios externos como la seguridad, la limpieza o las relaciones públicas, llegamos al centenar de personas trabajando para que todo funcione como un reloj”, explica el máximo ejecutivo. “Son los pequeños detalles los que hay que cuidar siempre y por eso los lavabos, por ejemplo, tienen dos personas que continuamente se ocupan de que siempre estén en perfecto estado”, explica. “Son los mismos clientes los que nos dan las pistas de hacia dónde tenemos que mejorar. Intentamos tener una evaluación constante de todo lo que se dice, sobre todo de los comentarios negativos”, añade.

“La Cova está en un peñasco de roca calcárea típica del sur de Menorca que está muy consolidado pero sobre el que realizamos inversiones constantes que nuestros ingenieros y geólogos recomiendan para ofrecer la máxima seguridad”, detalla. Y es que la Cova es un sitio singular donde todo tiene su complejidad. “Cada vez que llega el camión de refrescos necesitamos una grúa y dos personas para hacerlos llegar hasta la cámara frigorífica”, concluye Mascaró.

Otra de las sorpresas de la Cova d’en Xoroi es su implicación con el territorio. Tienen clara su contribución a Menorca, que realizan a partir de un programa social. “Cada año destinamos una cantidad que oscila entre los cinco y los doce mil euros en alguna actividad. Un año vestimos a todos los niños de Alaior que participaron en los Island Games. Patrocinamos también la restauración de los gigantes de Cala’n Porter, o el año pasado financiamos 500 lotes de comida para Cáritas. Este año vamos a volver a repetir la misma acción con la entidad. Creemos que lógica y natural nuestra contribución, siempre que podamos, a la isla en la que estamos”, concluye.