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A no ser que se de un rally de fin de año, las bolsas americanas son las únicas que presentan “dobles dígitos” de rentabilidad en 2014. De hecho el tecnológico Nasdaq coquetea con el 20% anual mientras que el S&P supera un 30% a su anterior máximo histórico. Lo importante ahora es saber si continuará con esta tendencia.

La gran preocupación de finales del año pasado estaba en con qué velocidad la Reserva Federal frenaría los estímulos monetarios. Pues bien, el programa de compra de deuda (Quantitative Easing) de 85.000 millones de dólares mensuales se ha ido disminuyendo hasta su extinción hace ya algunos meses. Sin embargo, tenemos a los índices en máximos estos días. Parece ser, como decíamos en anteriores números, que esto no influye. Veremos si afecta a la burbuja de deuda que hay tanto en EEUU como en Europa. Parte de la subida, además de que todavía hay mucha liquidez, se debe a los buenos resultados que han ido presentando las compañías americanas, al fin y al cabo en bolsa se compran empresas y si van bien, más valor le dará el mercado.

Un aspecto que sobre todo en los últimos meses ha creado algo de incertidumbre ha sido el incremento de confianza del inversor minorista, llegando a niveles cercanos a lo que anteriormente ha provocado euforia con el consiguiente fin de la tendencia alcista. Parece que las bajadas de las últimas semanas bastaron para normalizar la situación y alejar este riesgo, pero hay que vigilar conjuntamente a los soportes técnicos. Los más cercanos son los 4.100 en el Nasdaq y los 2.000 en el S&P, que se han respetado a la perfección en el último recorte y se pueden seguir utilizando a corto/medio plazo.

Por último, el factor “dólar” también es importante. Este año ha beneficiado fuertemente al inversor en activos americanos y parece que las políticas monetarias a uno y otro lado del Atlántico pueden hacer que continúe siendo así.