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El año pasado en esta sección comentamos varias veces lo que le costaba al IBEX consolidar por encima de los 11.000 puntos y sobre todo superar los 11.200. Pues bien, en marzo logró romperlo de forma holgada confirmando la tendencia alcista de largo plazo que comenzó a mediados de 2012 y la de corto plazo de enero de 2015.

Lo importante ahora es si se ha frenado esta tendencia (desde luego la de corto plazo no hay dudas de que sí). Al acercarse a los 12.000 a finales de abril se provocó un retroceso precisamente hasta los 11.000 puntos que incluso se perforaron puntualmente para rebotar fuerte. Pero nos volvemos a encontrar en este punto ahora.

Ante esta situación se plantean varios escenarios dependiendo de la estrategia de cada uno, siempre tomando como referencia al IBEX. Hay acciones, incluso con mucho peso en el IBEX, en una situación diferente e incluso hay fondos de bolsa española menos afectados por la caída.

A quien invierta a corto plazo se le deberían haber activado los stops (automáticos si lo hace en acciones y manuales si lo hace en fondos) y parece sensato esperar a que el índice rompa de nuevo y consolide los 11.000 (mejor si es el 11.200) con un primer objetivo en los 11.800, es decir, el máximo anual pero sin descartar la resistencia fuerte que se encontrará en 12.200.
El largoplacista que no esté ahora invertido puede esperar de forma similar al anterior, sería una inversión algo más cara pero también más segura. De todas formas al no haberse cambiado la tendencia tampoco sería una mala decisión entrar ahora, teniendo muy claro que el nivel de pérdidas que puede asumir ha de estar por debajo de 9.800 (siguiente soporte de largo plazo).

Por el mismo motivo quien esté ahora invertido debe tener paciencia, y al menos esperar varios cierres diarios algo por debajo (2-3%) de los 11.000 tras algún cierre semanal también inferior a este nivel para vender.