Macià Blázquez Salom (Madrid, 1965) es doctor y profesor titular de Geografía en la Universitat de les Illes Balears.

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Macià Blázquez Salom (Madrid, 1965) es doctor y profesor titular de Geografía en la Universitat de les Illes Balears. Ecologista militante del Grup d'Ornitologia Balear (GOB), del que fue presidente, y de la asociación de cooperación al desarrollo Alba Sud, es muy crítico con el actual modelo turístico.

- Conseguir un crecimiento sostenible ha sido el gran reto de Balears durante muchos años. Usted da un paso más y apuesta por el decrecimiento.
- Yo creo que nuestras islas mueren de éxito como destinación turística. La crisis en el norte de África hace que Balears supere un nuevo récord cada año. Esta situación es insostenible.

- ¿Insostenible desde el punto de vista ecológico?
- Claro. Yo no entiendo la economía si no consideramos la naturaleza y el bienestar de las personas. Aquí hemos transgredido las fronteras de la naturaleza con el consumo energético, con la contribución al efecto invernadero, con la pérdida de biodiversidad...

- Pero al final, el medio natural siempre aguanta.

- Hemos de ser previsores y mirar hacia el futuro, atender al largo plazo.

- ¿Pretende paralizar el cambio climático desde Balears?

- No, pero podemos hacer nuestra pequeña contribución. Deberíamos dar un paso adelante y adoptar medidas de contención. De hecho, en Balears hemos sido pioneros en adoptar medidas de sostenibilidad. Estoy pensando, por ejemplo, en la Ley de Espacios Naturales, la moratoria de la Ley General Turística del año 1999, que dice que no pueden construirse más plazas sino hay otras que se dan de baja, el Plan Territorial de Mallorca, la ecotasa...

- Y ahora, ¿qué debemos hacer?

- Yo creo que el decrecimiento turístico se ha de aplicar a través de medidas urbanísticas y turísticas. Han de servir para frenar la masiva afluencia de visitantes.

- Concretemos.

- Deberían comprarse plazas, apostar por el esponjamiento. Hemos de conseguir una economía que no dependa tanto de los hidrocarburos. Esponjar los espacios turísticos maduros es necesario, imprescindible. No puede ser que en un espacio como la Marina de Magaluf se autoricen más hoteles, un centro comercial y, además, viviendas. No se ha de inventar nada. Es lo que se hacía en los años 90 en Calvià o en la Platja de Palma.

- ¿La ecotasa debe tener un efecto disuasorio o solo debe servir para contribuir al mantenimiento de los espacios naturales?
- Debe ser una medida redistributiva. Ha de servir para que se grave el derroche.

- En Balears tenemos el problema añadido de la estacionalidad.

- La estacionalidad es una bendición. Balears sería un infierno si tuviera el consumo energético o de agua que tenemos en verano durante todo el año.

- ¿Tenemos que cambiar el modelo?
- Ivan Murray habla de la huella ecológica, que depende de la biocapacidad. Es decir, de lo que eres capaz de producir en tu propio territorio. El mejor modelo es promover una diversificación que nos evite la dependencia de las importaciones. Es evidente. Es decir, vivir de lo que somos capaces de producir.

- Pero es un sueño imposible.

- Se ha de promover de forma decidida. Hay que promover la diversificación pero no ha de convertirse Balears en una segunda residencia de Europa. No hemos de ser una jaula dorada en la que la gente rica viene a refugiarse. El tránsito debe ser hacia un modelo con menos capacidad de alojamiento.

- La industria turística es la que más crece del mundo, y los viajes se segmentan. ¿La tecnología puede hacer posible que no dañemos tanto el medio ambiente?

- Es un debate científico apasionante. Todas las actividades humanas suponen un desgaste del medio ambiente. Y va en aumento, pese a las revoluciones industriales. La tecnología ha contribuido a que tengamos más capacidad para exprimir la naturaleza. Hay alguna teoría que dice que nos pasamos en la fe en la tecnología.

- Entonces, ¿hemos de dejar de viajar?

- A nivel individual, hemos de aplicar cambios en los hábitos para reducir nuestra presión sobre el medio. Y sobre el consumo de los recursos. Tenemos que hacer viajes de más larga duración con menos frecuencia y con medios de transporte que consuman menos.

- ¿Fomentar el senderismo y el cicloturismo en invierno es bueno? ¿Hay que cerrar los hoteles en temporada baja?

- Hemos analizado con unos colegas alemanes lo que se denomina turismo de calidad, de chalet con piscina y césped natural. La conclusión es que el turismo de masas, de sol y playa, genera menos impactos ambientales y menos impactos sociales. El modelo turístico de sol y playa es ambientalmente más sostenible y socialmente más equitativo que un turismo de calidad elitista, derrochador de recursos naturales y que genera más conflictos sociales.

- ¿Es mejor un senderista, un cicloturista, que uno de sol y playa, no?

- Yo me refiero sobre todo al lugar en el que se aloja. Si me pides qué tipo de oferta turística creo que es mejor, te diré que es la que se encuentra en los enclaves turísticos de sol y playa, y no la que promueve dispersión urbana. La urbanización difusa es una gran lacra que convierte toda la isla en una área metropolitana.

- ¿En la Platja de Palma hacen bien en sustituir plazas de baja calidad por grandes hoteles de lujo?

- En primer lugar, el plan de reconversión integral de la Platja de Palma urbaniza un centenar de hectáreas, entre ellas ses Fontanelles, que es un caso que clama al cielo. En Magaluf se da un proceso de segregación socioespacial. Se dice que los hooligans son malos y hay que marginarlos. Expulsas al turismo de clase obrera para favorecer un modelo más elitista que promueve, por ejemplo, la privatización del espacio litoral con un proyecto de beach club que limita el acceso a la playa, aprovechando la modificación de la Ley de Costas de 2013. Cuando se habla de desestacionalización, de eliminar el turismo de bajo poder adquisitivo, creo que hacemos un agravio social, por razón de renta, y que estamos fomentando un modelo de jaula de oro en la que vendrán a refugiarse solo los ricos.

- Pero parece obvio que es mejor tener turistas de alto poder adquisitivo.

- Sí, pero hay que ir con cuidado. La solución es la modernización y el esponjamiento. Ahora bien, con la Ley del Turismo, y antes con el Decreto Nadal de 2009, se permite a los hoteleros incrementar el volumen edificado hasta en un 40% o legalizar edificaciones que se habían construido fuera de ordenación.

- ¿Qué debe cambiarse de la Ley del Turismo?

- La Ley del Turismo permite la construcción de equipamientos en suelo rústico con oferta complementaria, hasta 450 plazas en el caso de Mallorca. Y todo con la excusa de la desestacionalización. Y esto amenaza a zonas concretas. Además, permite modernizar establecimientos, con independencia de la clase del suelo. Incluso puede aplicarse a las viviendas de uso turístico. Refiriéndonos al suelo urbano, supone la legalización de edificaciones que estaban fuera de ordenación e incluso, con la declaración de zona turística madura, se pueden añadir dos plantas.

- ¿No debería permitirse la construcción de dos nuevas plantas?

- Ha de estudiarse caso por caso. En todo caso, no debe ser una prebenda para los hoteleros.

- ¿Qué opina de la Ley Agraria?

- Tiene efectos urbanísticos graves. A través de la Ley del Turismo se hacen normas urbanísticas, y a través de la Ley Agraria, también.

- ¿Y qué le parece el todo incluido?

- Un modelo de ciudad diversa con actividades que se complementan hace recomendable que los hoteles sean solo para el alojamiento y que la gente tenga estímulos para utilizar la oferta complementaria y favorecer así al pequeño comercio.

- ¿Se ha de prohibir?

- Sí, el todo incluido y los condohoteles. Calmar, contener y decrecrer debe ser el camino. Es necesaria una moratoria, tender a encontrar la manera de evitar que se creen más y que se cierren los que hay. A medio plazo deben eliminarse.

- ¿Por qué hay que prohibir los condohoteles?

- Los condohoteles no deberían estar permitidos, promueven la especulación inmobiliaria.

- ¿Se tiene que permitir el uso turístico de las viviendas?
- Se ha de prohibir, también en construcciones unifamiliares. El alquiler turístico de viviendas no me parece bien, aunque sean unifamiliares.

- ¿Por qué?

- Hemos hablado antes de limitar la capacidad de crecimiento de alojamiento. Dentro de este alojamiento tienes lugares que tienen una licencia para tener población residente y edificaciones que tienen licencia para alojar turistas. Lo estamos mezclando. Mi propuesta es contener la capacidad de alojamiento turístico y preservar el uso residencial, porque la mezcla de usos encarece el precio de la vivienda.

- ¿Es consciente de que perjudicaría a mucha gente?

- Desde hace bastantes años, una pequeña burguesía propietaria de más de una vivienda aspira a vivir de rentas, a vivir sin trabajar, y lo hacen a partir de un bien que es escaso.