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Disrupción creativa o innovación disruptiva, para evitar la destrucción, en términos globales y de manera muy especial en el ámbito empresarial, son términos para referirse al cambio de paradigma que están experimentando los modelos de negocio para satisfacer las demanda crecientes de los mercados.

El mundo empresarial dejó de ser lineal en la última década del pasado siglo, abandonando los arquetipos decimonónicos para transformar los modelos de negocio y las estructuras sociales en el ámbito de la mutabilidad. La disrupción, que según el profesor C. Cristensen de Harvard, está cambiando el mundo ante la necesidad de una profunda reestructuración y adaptación de las nuevas tecnologías, la innovación empresarial, la globalización, los cambios geopolíticos y la macroeconomía, entre otros factores. Desde el mismo MIT se sugiere un análisis en profundidad para identificar un marco de las dimensiones objetivables como: nivel de cambio tecnológico, nuevos campos de aplicación, habilidades necesarias, modelos de comercialización, nuevos segmentos de clientes, etc.

Hoy queremos destacar lo smart, la inteligencia, y en especial la inteligencia artificial, como la revolución que cambiará la forma en que funcionan las empresas, que ven la necesidad de invertir en soluciones más eficientes e inteligentes, como el Internet de las cosas (IoT), la robótica, la inteligencia artificial y el big data.

La tecnología y la revolución digital están generando cambios conductuales en el trabajo, reemplazando la mano de obra tradicional, y generará en el futuro empleos que hoy en día no somos capaces de intuir. En el caso de España, se estima que el 19,5% del PIB procede de entornos digitales. Los mercados deberán afrontar los retos de la globalización, de la demografía, de la economía circular, del consumo colaborativo y de los múltiples canales de comercialización que están apareciendo.

Por otra parte los modelos de consumo establecidos deberán adaptarse a un futuro eficiente y respetuoso con el medio ambiente, con sistemas inteligentes y mecanismos innovadores.

Como conclusión hemos de avanzar que la disrupción será una oportunidad si el empresario busca innovar su modelo de negocio y aceptar que la disrupción ha podido cambiar el modelo tradicional; ha creado diferentes necesidades y expectativas de la nueva base de clientes y el impacto de los nuevos competidores.

Permanecer inactivo y subestimar la velocidad de los cambios es el mayor de los riesgos en un entorno que es cada vez más disruptivo. Ser empresario proactivo hoy significa, como ya hemos dicho, convertir la disrupción en oportunidad, como ya han hecho Amazon, Airbnb, Uber y miles de emprendedores, activistas, economistas e innovadores varios, unidos con la idea de catalizar el cambio sistémico hacia una nueva economía, después de un proceso creativo de disrupción.