De izquierda a derecha, Antoni Serra, director territorial de BMN-Sa Nostra; Josep A. Cifre, presidente de Colonya-Caixa de Pollença; Andrés Seijo, director de Negocio de Cajamar en Balears; Pedro Ballester, director regional de Banco Sabadell; Alberto del Cid, director del Área Financiera y Productos de Banca March; Fernando Serrano, director de Red de Oficinas de la Organización Balears de Bankinter; Xicu Costa, director territorial de CaixaBank en Balears, y José Ramón Fragoso, director de Zona Balears d | J. J. Monerri

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Los principales directivos bancarios de Balears rebosan optimismo. La coyuntura turística actual es una garantía de estabilidad económica en las Islas y les permite afirmar que no se vislumbran a corto plazo shocks externos que puedan ralentizar la senda del crecimiento.

Xicu Costa, director territorial de CaixaBank en Balears; Alberto del Cid, director del Área Financiera y Productos de Banca March; José Ramón Fragoso, director de Zona Balears de BBVA; Antoni Serra, director territorial de BMN-Sa Nostra; Pedro Ballester, director regional de Banco Sabadell; Andrés Seijo, director de Negocio de Cajamar en Balears; Fernando Serrano, director de Red de Oficinas de la Organización Balears de Bankinter, y Josep A. Cifre, presidente de Colonya-Caixa de Pollença, asistieron el viernes día 23 a un nuevo Encuentro de El Económico, que contó también con la presencia de Carmen Serra, presidenta del Grup Serra; Pedro Rullán, consejero delegado del Grup Serra, y Paula Serra, editora de El Económico y directora de Audiovisuales del Grup Serra. El acto tuvo lugar en el restaurante Caballito de Mar de Palma.

Los principales ejecutivos de la banca en Balears aseguraron que pese al difícil momento del sector debido a la histórica bajada de los tipos de interés, sus resultados en Balears reflejan el buen momento de la economía en las Islas, aupada por temporadas turísticas excelentes y la apuesta de los empresarios por la calidad. Afirmaron que la salida de la crisis “es un hecho” que ya tiene su reflejo en la creación de ocupación y explican que pese a los diferentes focos de incertidumbre, tanto por la falta de Gobierno como por la coyuntura internacional, no se espera que tengan un impacto en la positiva evolución económica de las Islas.

Eso sí, el sector bancario en particular afronta varios retos que marcarán su futuro próximo: el primero y más importante es el de los bajos tipos de interés, pero también las posibles fusiones y la digitalización, que conducirán a continuas reestructuraciones.

TIPOS DE INTERÉS. La banca atraviesa por un momento crucial. “El escenario actual no lo hemos vivido en banca jamás. Nunca habíamos visto, por ejemplo, tipos de interés negativos”, explicó Fernando Serrano. “Esto hace que la estructura de los bancos sea excesiva. En todo caso, lógicamente, esto son ciclos”, añadió.

¿Cuándo subirán los tipos de interés? es la gran pregunta que se hacen todos los inversores. “En Estados Unidos antes de que finalice el año, pero en Europa no lo sabemos”, respondió Alberto del Cid. “Todo hace pensar que no será a corto plazo”, puntualizó Costa.

“Hay que entender por qué estamos en esta situación. Ante la falta de actividad en Europa y en buena parte del mundo, el Banco Central Europeo decidió tratar de dinamizar la economía, tanto por la vía de la financiación como por la de la liquidez”, contextualizó Fragoso.

Serrano apuntó las consecuencias de la subida de tipos en el propio sector de la banca y aseguró que “los tipos subirán, no sabemos cuándo, pero cuando lo hagan la banca incrementará sus niveles de rentabilidad”. Añadió que “esta situación está provocando la reestructuración de entidades, y [Mario] Draghi sigue insistiendo en la necesidad de fusiones, aunque desconozco si se refería a España. Aquí, existían cincuenta y tres entidades y ahora quedan catorce. Por delante, tenemos el reto de la banca digital. La banca es necesaria, habrá de adaptarse a los nuevos tiempos, pero seguirá viva”.

Por unanimidad, los máximos directivos bancarios descartaron por completo la posibilidad de que en 2017 o 2018 aparezca una nueva crisis. Varios economistas sostienen esta tesis debido a que una subida de los tipos de interés pondría en una situación muy difícil a las empresas que están endeudadas y todavía más al estado y a las autonomías, que deberían afrontar grandes recortes para poder cumplir con sus compromisos. Una teoría que rechazó Alberto del Cid al afirmar que “los tipos subirán porque la economía estará creciendo. Y si crece la economía, la recaudación tributaria se incrementará de forma importante. De todas maneras, también hay que pensar que toda la deuda que hoy se está emitiendo no vence de golpe. Hay un plazo de vencimiento. De hecho, la deuda pública española a diez años se está emitiendo al 1%. Podemos estar tranquilos”.

Otra consecuencia de los bajos tipos de interés es la baja rentabilidad que da el dinero a los ahorradores, lo que es un incentivo al consumo. A la pregunta de si debemos meter los ahorros debajo del colchón, Xicu Costa se apresuró a contestar que “por seguridad, nunca deberíamos hacerlo”. Los directivos aseguraron que hoy por hoy, sin riesgo no hay rentabilidad, aunque “tenemos que arriesgar solo en función del riesgo que queramos asumir”, según Del Cid. “La solución es la que dan todos los bancos: el asesoramiento. Cualquier persona con unos ahorros debe preocuparse de que no se pierdan y de que algún especialista los invierta de la mejor manera posible. Hay diversas fórmulas. Creo que, precisamente, los tipos de interés bajos han dado un conocimiento muy especializado de los diferentes productos”, aclaró Xicu Costa.

Y otra consecuencia primero de la crisis y después de la baja rentabilidad del sector ha sido el cierre de oficinas bancarias, a la vez que se han adaptado a la transformación digital. Además, admiten que las oficinas se han convertido en puntos de venta de productos financieros, “una tendencia similar al resto de sectores”, comparó Andrés Seijo.

De cualquier modo, en 2017 se espera una desaceleración del crecimiento. La economía española crecerá previsiblemente un 2,9% este año y un 2,3% en 2017, según el Gobierno.

“La economía no crecerá tanto el año que viene como en 2016. Previsiblemente, habrá una desaceleración del consumo, pero creo que nadie espera una gran crisis. Los tipos de interés no suben de golpe, sino que lo hacen de forma paulatina y sirven también para regular la inflación”, apuntó Xicu Costa.

Para Pedro Ballester, el consumo no es tanto un freno como la inversión empresarial. “Los estímulos del Banco Central Europeo no funcionan porque las empresas no piden dinero. En este momento, hay un gran exceso de liquidez. Es cierto que las empresas aún no se atreven a invertir con la excepción, hay que destacarlo, del sector hotelero. En cuanto al consumo, no está tan bajo”, advirtió.

En el mismo sentido se pronunció Antoni Serra, que puso de manifiesto la necesidad de persistir en las reformas estructurales explicando que “el consumo va muy ligado a la tasa de paro, y la tasa de paro se está reduciendo. No tiene un efecto inmediato, necesita su recorrido. Y el consumo va muy ligado también a la capacidad de endeudamiento que tenga cada persona. Hay bolsas de potencial crecimiento de consumo. La economía está creciendo y el paro está bajando. Y por otra parte, ya se han hecho reformas estructurales pero aún hacen falta más”.

Alberto del Cid puso el foco en cómo se ha ganado competitividad y afirmó que “otra variable importante es el tema de los salarios. España ha ganado competitividad, pero somos más pobres. Se ha de producir una recuperación de los salarios. En Balears estamos condicionados por la estructura económica que tenemos con un importante peso del sector terciario, que genera un empleo con un nivel salarial bastante bajo”.

“El servicio de estudios de BBVA nos da unas previsiones de crecimiento del PIB en las que Balears destaca muy positivamente. Ahora bien, es evidente que hay toda una serie de reformas estructurales que es necesario acometer para que haya mayor sostenibilidad”, destacó Fragoso.

FUTURO DIGITAL. El futuro de la banca es digital. La apuesta de los bancos es firme y no hay vuelta atrás. “Hoy, cualquier cliente puede trabajar en online con el banco. Ya no es necesario que el cliente acuda a la oficina”, opina Fragoso, quien explica que Balears es una de las comunidades con mayor nivel de digitalización, aunque todavía está por detrás de muchas regiones europeas.

Serrano admitió que es “complicado” saber lo que pasará en un futuro pero comentó que en banca, en estos momentos el 70% de las transacciones que se hacen son online y expuso que “Bankinter también es un banco muy tecnológico”.

Admitieron que la competencia es máxima tanto entre las empresas del sector como por la irrupción de compañías como Google o Telefónica, pero se mostraron convencidos de que los bancos están dando respuesta a las nuevas demandas de los consumidores con la máxima seguridad, confianza y garantía.

Hace un año, la falta de gobierno preocupaba a los ejecutivos porque, esgrimían, provocaba una gran incertidumbre y tenía paralizadas importantes inversiones. En esta ocasión, sin embargo, no mostraron excesiva inquietud porque llevemos nueve meses con un Ejecutivo en funciones o por unas eventuales terceras elecciones.

La evolución de los indicadores económicos de Balears aporta tranquilidad. Creo que todos nosotros estamos alcanzando los objetivos marcados, explicó Ballester. A lo que Fragoso añadió, acto seguido, que “debe clarificarse qué políticas económicas se van a aplicar para que el empresario continúe invirtiendo. En Balears, aún hay empresarios que están a la expectativa”.

DESESTACIONALIZACIÓN. En cuanto al sector turístico, primordial en las Islas, los principales ejecutivos de banca consideran que el camino iniciado hacia la desestacionalización es esencial en la línea de mejorar la vida de los ciudadanos. Es “evidente” que Balears se sostiene trabajando a pleno rendimiento solo seis u ocho meses, recordaron todos, admitiendo que el impacto de estar empleados solo durante la temporada alta “es más sociológico que no económico”, en palabras de Costa.

Al mismo tiempo, recordaron la necesaria apuesta por otros sectores económicos y las dificultades que ello conlleva. “Tenemos el problema de la insularidad. Según qué tipo de tejido productivo no puede instalarse aquí por el precio del transporte. No podemos competir”, admitió Ballester, y recordó que es necesaria una correcta gestión del talento. A su vez, Costa abogó por la educación para diversificar la economía y especializarse en el turismo.

ORDENACIÓN TURÍSTICA. La actualidad turística ocupó buena parte del tiempo de debate y cuestiones como el alquiler vacacional o los récords de visitantes de los últimos años preocupan a los máximos directivos bancarias en lo que respecta a la planificación, la inversión y la seguridad jurídica.

“¿Qué se hace para regular? ¿Qué plan tenemos de actuación? Hay ciudades que, por ejemplo, dejan a los turistas de cruceros en una determinada ubicación para que la población de un lugar determinado se vea beneficiado. Hace años que trabajamos para que vengan más turistas y de más calidad. Se hacen inversiones y ahora hemos de adoptar medidas para regularlo”, expuso Serra respecto a la llegada de cruceros a Palma.

“Durante muchos años hemos hablado de la necesidad de romper con la estacionalidad. Ahora, se organizan toda una serie de pruebas deportivas y nos quejamos de las molestias. Debemos hacer lo posible por compatibilizar estas competiciones con la vida normal de los residentes”, mencionó Seijo, insistiendo en la necesidad de planificar y llegar a acuerdos entre todas las partes implicadas.

Cifre puso el foco en el alquiler vacacional al afirmar que “yo creo que el error inicial es dejar sin regulación a todos los apartamentos turísticos. Hablar de límites cuando no se ha regulado este tipo de oferta y no se sabe con exactitud su magnitud... es complicado”. En la misma línea, Ballester cree necesario regular de manera precisa el alquiler vacacional.

“Que venga gente es bueno. Y cuánta más, mejor”, opina Serrano, que consideró que deben adoptarse las medidas necesarias para que la gente no se concentre en unos pocos puntos de la ciudad. El mismo mensaje fue reivindicado por Costa, quien insistió en que “hay que poner orden pero no es el momento de alarmar para que no vengan”.

Asimismo, Fragoso expuso que “debe haber una adaptación de los empresarios a las nuevas tecnologías” ya que “los consumidores estamos cambiando nuestros comportamientos”.

Ante la opinión pública de que el turismo no es sostenible, el presidente de Colonya consideró que “una cosa es un colapso y la otra la sensación de colapso”, y que “los indicios más preocupantes han llegado por la falta de agua”.

Fragoso recordó que la sensación de colapso puede venir provocada “por la falta de infraestructuras adecuadas en una zona determinada”. Finalmente, Del Cid sentenció un pensamiento unánime: “Balears, sin turismo, no es sostenible”.