Las retenciones habituales en Palma en un día de verano con el cielo nublado. En cambio, en días de sol los atascos se crean en la costa, como en es Trenc. | M. Joy

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Como en una ratonera se han sentido muchos residentes y turistas en las carreteras de las Islas en plena temporada turística, una punta de demanda que cada vez es más larga y acusada. Al parque automovilístico de particulares y empresas, que asciende a 665 mil coches y 938 mil vehículos en total, se le suman numerosos coches de alquiler que no pagan el impuesto de circulación en las Islas. Los automóviles de rent a car se acercan a los 90 mil, aunque no se conoce la cifra exacta. Al igual que la presión humana, la cantidad de vehículos que circulan por las carreteras se multiplica en verano y las situaciones de colapso y los atascos se suceden cada vez con más frecuencia, tanto para acceder a determinadas zonas de playa como a las ciudades los días de lluvia.

Los problemas de exceso de vehículos se suceden.En Menorca hace años que el acceso a varias playas se regula con la capacidad de los aparcamientos en lugar de por la capacidad de carga ideal de las playas. Otro ejemplo son es Trenc y ses Covetes, donde este verano se ha ofrecido un servicio de bus lanzadera que puede trasladar a unos 400 personas al día mientras se espera la solución definitiva, un aparcamiento. Por contra, la saturación se ha repetido un año más en los accesos a Cala Varques y las multas a los coches mal estacionados no han minvado las infracciones.

Las patronales de empresas de coches de alquiler admiten que hay exceso de oferta. “Hay demasiados coches, porque solo con ver al precio al que se han alquilado este verano, yo mismo lo veo”, admite Antoni Masferrer, presidente de la Asociacion Balear de Alquiler de vehículos sin conductor de Balears (Baleval, integrada en la Federación Balear del Transporte). “Aquí hay más coches que clientes, pero hay libertad de mercado y de empresa y difícilmente se podrá limitar la oferta, del mismo modo que el impuesto de matriculación guste o no se puede pagar en cualquier municipio de España”, añade. Masferrer representa a 16 empresas de coches de alquiler, las más grandes del mercado.

Por su parte, Ramón Reus, presidente de la Agrupación Empresarial de Vehículos de Alquiler con o sin conductor de Balears (AEVAB), asegura que sobra casi la mitad de los vehículos que se están ofertando. “Habrá fácilmente 80 o 90 mil coches de alquiler en Balears en temporada alta, cuando nosotros pensamos que bastarían 50 mil en todas las Islas. Sobran al menos 20 mil”, asegura. Reus, que representa a unas 190 pymes empresas locales, señala que hay “una batalla” entre grandes y pequeños desde hace años. “No podemos hacer que las grandes empresas paguen los impuestos aquí, pero pedimos a Consum que regulen las estafas en los precios. Las grandes compañías captan clientes por internet con precios baratos y luego les suben el importe, lo que da muy mala imagen”, dice, y añade que si se controlan los precios, la flota se limitará sola.

El reglamento de clasificación de establecimientos de la Ley del Turismo de abril de 2015 creaba un registro de empresas turísticas en los rent a car debían inscribirse y espeficicar su flota de vehículos, pero no lo han hecho todas.

¿SATURACIÓN? Para Reus, se puede hablar de saturación. “En julio y agosto siempre ha habido, desde hace años. Nos gustaría que la temporada fuera de nueve meses, porque no habría tanta saturación. Pero el problema no son solo los coches de alquiler, sino la circulación en general. Hacen falta medidas valientes y arriesgadas. Por ejemplo, imponer cuotas mínimas de coches eléctricos. Yo prohibiría la entrada de vehículos en el casco antiguo de Palma, y fuera de Avingudes, pares e impares. Si no, en seis o siete años la calidad de vida de las Islas se acabará. También se debe apostar por la calidad. Los precios baratos provocan alquileres por un día, con clientes que hacen hasta 400 kilómetros, y esto es una barbaridad. Es mejor un turista que alquila el coche más días”, asegura.

Masferrer pide precaución: “Si molestan solo los coches de aquiler, el mensaje que transmitimos es que sobran turistas y es complicado y peligroso. Los turistas vienen a conocer Mallorca, pero ¿se puede conocer en transporte público? Mi mensaje es que limitar va contra el turismo y no se puede limitar incumpliendo la ley”.