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En el nº 170 de diciembre El Económico publicó, con el titular “Las islas del Mediterráneo se alejan de Europa”, un extenso resumen de Aina Ginard del estudio del Centre Balears Europa “Illes de la Mediterránia i l’estratègia a Europa 2020” que por su oportunidad e importancia merecería una mayor difusión y reflexión. La principal conclusión de este estudio macroeconómico comparativo de diez regiones insulares del Mediterráneo, incluyendo Balears, es que la insularidad genera más vulnerabilidad medioambiental y menor diversificación económica que la ubicación continental de la mayoría de regiones europeas. La mayor preocupación de todas las islas es asegurar la sostenibilidad del turismo, su primer motor económico.

Al comparar estos datos interinsulares de 2014 (NACE/EU) se observa que Balears tiene el mayor PIB per cápita y sobre la media de la UE 28, así como que ninguna otra región insular supera la media de su propio Estado. Balears es la que tiene el tercer mayor PIB del sector “turismo, transporte y comercio” (36%), por debajo de dos archipiélagos griegos: el Jónico y el Egeo meridional. En los demás sectores económicos, Balears se sitúa en un ranking intermedio, destacando Malta con el mayor PIB manufacturero, Cerdeña con el mayor PIB industrial (por refino petrolífero) y Córcega con el mayor PIB en construcción. En cambio, destaca Balears por el peor PIB agrícola (0,5%) frente al mejor de Creta (5,7%).

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Sin embargo, el informe que comentamos no profundiza en el tema turismo. Para ello y siguiendo otra metodología (Anuari del Turisme de Gadeso 2015) y tomando solo el PIB generado por el “turismo” (directo e indirecto), obtuve para 2014 en Balears el 45,5% que, comparado con datos elaborados por las islas respectivas, permite hacer este ranking: Malta 30%, Córcega 24%, Cerdeña 21%, Sicilia 18% y Chipre 12% (pierde turismo pero tiene un nuevo potente sector financiero). No ha sido posible hallar datos de las islas griegas. Además de estos datos de PIB turístico relativo dentro de cada economía, hay que conocer la magnitud de cada sector turístico en términos absolutos para completar esta comparación interinsular. Puede hacerse mediante datos de plazas de alojamiento turístico reglado (sin campings ni viviendas en alquiler) ofrecida por Eurostat: Balears primera con 464 mil, seguida con 212 mil de Cerdeña, con 193 mil del Egeo Sur (incluye Rodas), con 192 mil de Sicilia, con 162 mil de Creta (Grecia), con 152 mil de Córcega, con 90 mil del Jónico, con 85 mil de Chipre, con 43 mil de Malta y con 23 mil del Egeo Norte.

El mayor problema anexo a la insularidad es la estacionalidad turística, problema común de las islas del Mediterráneo y también de regiones continentales del sur de Europa. Pero en el caso de Balears el desfase entre temporadas es de una gran magnitud absoluta (ver niveles de PIB turístico y de plazas ofrecidas) y no tiene otra gran alternativa económica sustitutiva. Cuanto mayor es la hegemonía del turismo en una economía, mayor es el impacto negativo de la estacionalidad. Así pues, Balears y Malta son las regiones más afectadas en verano por la congestión y un excesivo desarrollo del turismo, por lo que se está pensando en poner límites. Pero me temo que solo cabe trabajar en una mejor gestión del éxito turístico de la época estival. También sería de ayuda la definitiva aplicación del REB de 1988 (Régimen Económico Balear), así como un estudio comparativo de otras islas vecinas.