Un policía hace guardia frente a las escaleras del Capitolio, clausurado ayer en una decisión sin precedentes.

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EFE-WASHINGTON El presidente de la Cámara de Representantes, Dennis Hastert, explicó en rueda de prensa que el cierre temporal hasta el próximo martes es «una medida de precaución para que las autoridades puedan realizar un análisis medioambiental» en las instalaciones federales.

El lunes, una empleada de la oficina del líder de la mayoría del Senado, Tom Daschle, abrió una carta contaminada con ántrax y desde entonces ocho pisos del edificio que alberga su oficina en el Senado permanecen clausurados. Hasta la fecha, 33 de las cerca de 50 personas que se encontraban en la oficina de Daschle han dado resultados positivos en las pruebas de detección de ántrax. Daschle expresó su optimismo porque las personas expuestas responden bien a los antibióticos que han recibido como medida de prevención. Para clarificar la confusión en torno a la aparición de la bacteria, reiteró la diferencia entre «estar expuesto al ántrax o infectado con ántrax».

En Nueva York las oficinas del gobernador del estado en Manhattan fueron ayer también evacuadas y permanecerán cerradas hasta el próximo lunes, después de que se detectara ántrax en sus instalaciones. El gobernador de Nueva York, George Pataki, confirmó en rueda de prensa que todos los empleados en esas oficinas, incluido él mismo, están tomando el antibiótico «Cipro» como medida de precaución, aunque de momento no tienen confirmación de haber contraído la enfermedad.

Ante esta situación, el secretario de Salud, Tommy Thompson, intentó tranquilizar a la población estadounidense sobre el miedo al ántrax, con la promesa de nuevos tratamientos y el aumento de las reservas de antibióticos, especialmente de Cipro. Thompson precisó que el presidente George Bush va a solicitar al Congreso fondos adicionales por valor de 1.600 millones de dólares. Mientras, el presidente estadounidense George W. Bush creó una Comisión de expertos sobre la seguridad cibernética, con motivo de las amenazas, según las cuales Estados Unidos podría ser objetivo de ataques informáticos.