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EDUARDO DAVIS-RÍO El socialista Luiz Inácio Lula da Silva, un ex sindicalista que inició su vida política bebiendo de las ideas marxistas, será el nuevo presidente de Brasil, según los resultados de un sondeo difundido por la televisión brasileña.

Lula, de 57 años y postulado a la presidencia por cuarta vez consecutiva por su Partido de los Trabajadores (PT), obtuvo ayer un 63 por ciento de los votos, según una encuesta a pie de urna elaborada por el Instituto Brasileño de Opinión Pública (Ibope). El mismo sondeo le atribuyó al candidato del gobierno, José Serra un 37 por ciento.

La victoria de Lula ratifica las previsiones de todos los sondeos de intención de voto y lo que ya se intuía en Brasil desde el pasado día seis de octubre, cuando el socialista ganó la primera vuelta con un 46'4 por ciento, que duplicó la votación de Serra pero no fue suficiente para impedir la segunda vuelta al no constituir mayoría absoluta. La seguridad con que Lula llegó a este día fue tal que, a la hora de votar, se le mezclaron el entusiasmo, la emoción y la nostalgia y se proclamó ganador antes de tiempo. Era al fin y al cabo, una victoria anunciada.

«Sólo lamento llegar al poder 22 años después de la muerte de mi madre», declaró cantando victoria después de votar en un colegio público de Sao Bernardo do Campo, la ciudad en el cinturón obrero de Sao Paulo donde, según el Partido de los Trabajadores, «todo comenzó». En esa ciudad fue fundado el PT en 1980 y allí vivía Lula cuando por sus actividades sindicales fue llevado a los calabozos de la dictadura, donde se enteró de la muerte de su madre.

«Es el día más feliz de mi vida», alcanzó a decir en medio de una multitud que por la mañana temprano ya decidió aclamarle como nuevo presidente de Brasil en el día en que celebró su 57 cumpleaños.