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JORDI RIVERA-JERUSALÉN
El primer ministro israelí, Ariel Sharon, prometió ayer vengar la muerte de los tres ciudadanos israelíes que murieron en el atentado suicida perpetrado en un hotel de Mombasa (Kenia), en el que hubo otras diez víctimas, además de los tres kamikazes. Por su parte, el ministro de Asuntos Exteriores, Benjamin Netanyahu, instó al cuerpo diplomático acreditado en Israel a combatir a los grupos terroristas que operan a nivel internacional y a los Estados que les apoyan.

Poco después de que un avión de las fuerzas aéreas israelíes aterrizara en la base militar de Lod, situada en las inmediaciones de Tel Aviv, con las víctimas y los heridos de Mombasa, Ariel Sharon prometió públicamente que los autores y los planificadores de los atentados serán perseguidos por los servicios de espionaje exterior.

«Nuestro largo brazo alcanzará a los atacantes y a los que les mandaron», aseguró Sharon, utilizando una retórica similar a la empleada en anteriores operaciones de represalia contra organizaciones terroristas que atacaron objetivos israelíes. Por ejemplo, el asesinato sistemático de los miembros del 'Septiembre negro', organización que secuestró y mató a 11 atletas israelíes en las Olimpiadas de Munich en 1972.

El día después de batir claramente a su predecesor en el cargo y compañero de partido, Benjamin Netanyahu, en las primarias del Likud, Sharon hizo alusión también a temas de política doméstica. «En las próximas elecciones el Likud va a doblar su fuerza», señaló Sharon, «y si todos trabajamos juntos, obtendremos incluso un resultado mejor», añadió.

Hablando ante los embajadores extranjeros acreditados en Israel, Netanyahu, todavía titular de Exteriores, calificó lo ocurrido en Mombasa de «escalada del terrorismo internacional, como muestra el uso de cohetes contra un avión civil», instando a sus Gobiernos a que acentúen las medidas de presión contra las organizaciones terroristas y aquellos estados que les prestan santuario e incluso apoyo logístico.