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EFE/MADRID-NUEVA YORK
Los inversores volvieron ayer a apostar fuerte por las Bolsas, y basaron su optimismo en la cercanía a Bagdad de las tropas terrestres anglo-estadounidenses y en las conjeturas sobre la integridad física del líder iraquí, Sadam Husein.

Precisamente, el debilitamiento de la economía de EEUU quedó de nuevo patente con el anuncio del Departamento de Comercio sobre la caída del 1,5 por ciento en los pedidos a las fábricas en febrero, tras cuatro meses de incrementos. En ese mismo mes, además, la confianza de los consumidores de Estados Unidos bajó a su nivel más bajo en una década y el gasto, que equivale a dos tercios del PIB, también se estancó, al tiempo que la producción de las fábricas disminuyó por primera vez en cinco meses.

Esas noticias hicieron caer el precio del petróleo brent, de referencia en Europa, más de un dólar, a 25 dólares el barril, y el Texas de Nueva York a 28 dólares, así como el oro, que perdió seis dólares y se situó a 330. El euro, por su parte, llegó a cotizar por debajo de 1,08 dólares.

La proximidad a la capital iraquí de las tropas terrestres de EEUU y el Reino Unido, tras 14 días de ataques, hacen suponer a los inversores un rápido fin de la guerra, así como el fin de la incertidumbre y un empuje a la ralentizada actividad económica mundial.

En Europa, mientras tanto, los principales mercados bursátiles lograron subidas espectaculares que totalizan en los dos primeros días de esta semana entre un 3 y un 5 por ciento. El Ibex 35 logró remontar los 6.000 puntos, con un avance del 3,72 por ciento, que responde a la entrada de compras en casi todos los grandes valores del parqué tras un análisis más optimista de los inversores sobre el desarrollo de la guerra y los últimos movimientos de las tropas aliadas en Irak.