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EFE-RODAS (GRECIA)
Los Quince acordaron ayer coordinar el retorno de sus diplomáticos a Bagdad y planificar el papel concreto de la UE en la reconstrucción de Irak, pero admitieron no poder ir más allá hasta que la ONU legitime la nueva autoridad.

Sin embargo, los Quince no lograron superar sus diferencias sobre la conveniencia o no de levantar el régimen de sanciones a Irak, que EE UU quiere eliminar sin demora y a lo que se resisten países europeos como Francia o Rusia.

El acuerdo político alcanzado por los ministros de Exteriores de los Quince para el retorno en breve de sus encargados de negocios a Irak es el primer paso hacia ulteriores medidas de la UE en las diferentes fases de la reconstrucción iraquí, que sólo se pondrán en marcha cuando haya una legitimación de la nueva administración.

Los ministros de Exteriores de la UE y sus colegas de los diez países adherentes acordaron el pronto regreso de sus representantes diplomáticos a Irak, pero la decisión sólo se oficializará cuando se definan las modalidades de ese retorno, informó el titular griego, Yorgos Papandreu.

«El retorno de nuestros diplomáticos va a facilitar la llegada de la ayuda humanitaria y la evaluación de la situación sobre el terreno», subrayó Papandreu, al término de la primera jornada de la reunión informal que los ministros de Exteriores celebran en la isla griega de Rodas. Pero los Quince, dijo, constataron «la necesidad que haya un mandato de la ONU que legitime el régimen de transición que reemplazará al de Sadam Husein y cubra el papel de la UE» en el proceso de estabilización de Irak.