Parada del autobús donde tuvo lugar ayer el atentado cerca de Tel Aviv.

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FRANCE PRESS/EFE-JERUSALÉN
El presumible estreno de Ahmed Qorei (alias Abú Alá) como primer ministro palestino ha comenzado con sangre. Por una parte, una presunta terrorista suicida hizo estallar ayer por la tarde su carga explosiva junto a una estación de autobuses llena de soldados al sureste de Tel Aviv y mató a al menos siete personas. Por otra, el Ejército israelí efectuó una incursión en Hebrón y disparó varios misiles contra un edificio en el que supuestamente se ocultaban activistas de Hamas, con el resultado de la muerte de dos militantes de este movimiento y de un niño de 13 años. A ello se sumó anoche el ataque suicida palestino a una cafetería de Jerusalén

Al menos ocho personas murieron, incluida la supuesta autora del atentado, y varias decenas han resultado heridas, diez de ellas de gravedad, en el ataque suicida perpetrado ayer por la tarde cerca de Tel Aviv. Un portavoz del Gobierno israelí atribuyó esta «masacre» al Movimiento de la Resistencia Islámica Hamas y afirmó que el presidente de la Autoridad Palestina, Yaser Arafat, es «responsable indirecto» del ataque.

Los servicios de emergencia encontraron en el lugar el cuerpo de una persona, aparentemente una mujer, que podría corresponder a la terrorista suicida. El autor o autora del ataque seguramente vestía uniforme militar en el momento del atentado.

Se trata del primer atentado cometido en Israel desde el intento frustrado de eliminación, el pasado sábado en Gaza, del fundador y líder espiritual del Movimiento de la Resistencia Islámica, el jeque Ahmad Yasin, por parte del Ejército israelí. El jeque Yasin prometió represalias «inolvidables» después de ese ataque efectuado por un avión de combate F-16.