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OTR/PRESS-BAGDAD La ciudad iraquí de Balad, al norte de Bagdad, fue ayer escenario de una nueva tragedia, después de que un coche comba explotase en un control de seguridad cerca de un mercado.

Como consecuencia de esta deflagración, al menos 33 personas murieron y decenas de heridos, justo el día en que el secretario de Defensa estadounidense, Robert Gates, realizó una visita sorpresa en Irak para discutir los niveles de las tropas norteamericanas desplegadas. Por otra parte, otras quince personas fallecieron en combates al norte del país ocurridos entre milicias pro gubernamentales e insurgentes.

Mercado
Un portavoz del Ejército estadounidense indicó que la última deflagración tuvo lugar cerca de un punto de control de seguridad, cerca de un concurrido mercado de la ciudad de Balad, ubicada a 80 kilómetros al norte de la capital.

Según el coronel iraquí Hamadi Atshan, la explosión alcanzó el puesto gestionado por voluntarios suníes de las denominadas genéricamente milicias de los Ciudadanos Locales Preocupados (CLC por sus siglas en inglés), que se han sumado a las fuerzas de EEUU en la lucha contra Al Qaeda.

El estallido dejó en este lugar la dramática cifra de al menos 33 fallecidos, entre ellos mujeres y niños, a los que habría que añadir unos 35 heridos, aunque la situación dejada tras el suceso hizo difícil el establecimiento de una cifra fija.

También ayer, el secretario de Defensa norteamericano tocó tierra en Irak, en una visita sorpresa que tenía como objetivo discutir acerca del despliegue estadounidense y dar su apoyo al mismo, así como reunirse con el comandante en jefe de las fuerzas de la coalición, el general estadounidense David Petraeus, y con los principales altos cargos del país.