Soldados iraquíes inspeccionan las incidencias de uno de los atentados en Bagdad.  

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La violencia volvió a golpear ayer Bagdad, donde una cadena de atentados causó al menos 127 muertos y 450 heridos, en un momento en que el país parece salir de la crisis electoral con el acuerdo para celebrar comicios generales el 7 de marzo del 2010.

Esta última cifra de víctimas, dada por una fuente del Ministerio de Interior, convierte esta jornada negra en la segunda más mortífera en lo que lleva de año en Irak, después del pasado 25 de octubre, cuando fallecieron 155 personas en otra cadena de ataques. A lo largo del día hubo un continuo baile de víctimas, cuyo recuento aún no se ha cerrado, ya que mientras que el portavoz del plan de seguridad de Bagdad, Qasem Ata, informó de 97 fallecidos y 197 heridos, el ministro de Sanidad, Saleh al Hasabani, hablaba de 63 muertos y 479 heridos.

Según la fuente del Ministerio de Interior, hubo cinco ataques, cuatro de ellos perpetrados por suicidas que conducían coches-bomba, que estallaron de forma consecutiva. Esa fuente explicó que el primer atentado ocurrió frente al Ministerio de Finanzas, en el pleno centro de la capital y fue cometido con un coche-bomba que fue detonado a distancia.

El segundo, ocurrió frente al Tribunal Central de Al Karag, en el barrio de al Mansur, en el oeste de la ciudad, donde un terrorista suicida hizo estallar una carga explosiva en el vehículo que conducía. En tercer suicida detonó otro coche-bomba en la esquina de la avenida al Nida, cerca del Instituto de Justicia, en el barrio de Al Qahira, en el norte de Bagdad, y un cuarto lo hizo cerca del ministerio de Interior en la zona de Bab al Sharqi, en el este.

El último de los atentados tuvo lugar en el barrio de Al Dura, en el sur de la capital. Inmediatamente después, las autoridades iraquíes se apresuraron a culpar al grupo terrorista Al Qaeda y al ex partido gobernante Baaz, del difunto dictador Sadam Husein. Los ataques coincidieron ayer con el anuncio de una nueva fecha, el próximo 7 de marzo, para la celebración de elecciones generales, después de que se hayan retrasado en varias ocasiones.