Las fuerzas armadas iraníes lanzaron ayer el misil de medio alcance Sayil-2.

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El Ejército iraní probó ayer «con éxito» una versión avanzada de su misil de medio alcance Sayil-2, alimentado con combustible sólido y capaz de llegar a Israel y a las bases de EEUU en el golfo Pérsico.

Según la televisión estatal por satélite, que ofreció imágenes de la prueba, el lanzamiento se produjo en una zona del país no revelada. Las Fuerzas Armadas iraníes ya había probado una versión del mismo misil el pasado mayo. De acuerdo con la fuente, el Sayil-2 tiene un alcance mayor que el también de fabricación iraní Shahab-3, y puede impactar en objetivos a 2.000 kilómetros de distancia.

La televisión explicó, asimismo, que la nueva versión ha sido dotada de un sistema especial anti-radar que lo hace más difícil de detectar, y de una mayor movilidad que le permite reducir el tiempo de preparación antes de ser lanzado.

Irán esta sometido a un embargo armamentístico internacional desde la década de los ochenta, aunque ha sido capaz de modernizar su Ejército con un programa bélico propio iniciado en 1992 y la ayuda de algunos países como Rusia.

El anuncio de la nueva prueba balística tiene lugar escasas horas después de que la Cámara de Representantes de Estados Unidos aprobara por abrumadora mayoría nuevas sanciones contra Irán y las empresas que realizan negocios con su Gobierno por las sospechas que despierta su programa nuclear.

A pesar de que Irán es el quinto productor de petróleo del mundo, tiene que importar el 40% de la gasolina que consume, ya que carece de la capacidad de refinamiento para responder a las necesidades internas de combustible. Esta situación hace que los iraníes sean potencialmente vulnerables a las sanciones que afectan a sus actividades comerciales, aunque las autoridades iraníes han minimizado el impacto de este tipo de medidas en reiteradas ocasiones.

Israel, por su parte, ha amenazado en varias ocasiones con bombardear las instalaciones nucleares iraníes si el régimen de Teherán no acepta las exigencias de mayor transparencia en su programa nuclear.

Gran parte de la comunidad internacional, con EEUU e Israel a la cabeza, acusan a Irán de ocultar, bajo su programa nuclear civil, otro de naturaleza clandestina y aplicación bélica cuyo objetivo sería la adquisición de armas atómicas.