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Un joven italiano de 26 años fue interceptado la noche del martes por la guardia de seguridad mientras intentaba acceder al séptimo piso del hospital San Raffaele de Milán, donde está ingresado Silvio Berlusconi, con el objetivo de «saludarle».

El chico aseguró tras ser detenido que su intención era sólo saludar al primer ministro italiano, hospitalizado tras su agresión el pasado domingo en la plaza milanesa del Duomo, según informó ayer la jefatura de policía de la ciudad.

La policía explicó que el chico, que presenta evidentes problemas psicológicos, entró al hospital tras aparcar su vehículo en el aparcamiento subterráneo y tomó el ascensor hasta el séptimo piso, donde está ingresado Berlusconi. Los agentes de seguridad cachearon inmediatamente al joven, pero no encontraron nada que resultase peligroso, mientras que en el vehículo había algunos palos de hockey.

El primer ministro, que sigue decidido a seguir gobernando, tuvo que permanecer una noche más ingresado. En un principio se esperaba que abandonara ayer el centro hospitalario, pero los doctores que le atienden, entre ellos su médico personal, Alberto Zangrillo, decidieron dejarle un día más bajo observación puesto que persisten los dolores y todavía se alimenta con dificultad.

A pesar de este aplazamiento, el jefe del Gobierno italiano sigue «determinado a continuar con su acción gubernamental y política y sigue concentrado en este objetivo», aseguró Zangrillo al difundir el último parte médico.

Zangrillo manifestó que Berlusconi presenta un edema en el rostro y que los dolores del cuello, a raíz del golpe sufrido, se han agudizado en las últimas horas y comentó que el primer ministro tendrá que abstenerse de asistir a actos públicos durante al menos otros quince días.

Berlusconi aceptó de «buen grado» la decisión de aplazar su salida del hospital, según relató su médico, que explicó que el mandatario «es consciente de la gravedad del trauma sufrido» y de este modo «se siente más tranquilo».

Por otra parte, el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, llamó a Berlusconi para informarse de su estado de salud tras la agresión sufrida el pasado domingo y desearle una «rápida recuperación», según un comunicado de la Casa Blanca.

Obama le encontró animado tras un ataque que calificó de «malvado», explicó en la nota el portavoz del Consejo de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, Mike Hammer.