El acusado, a su llegada a la sesión de ayer, en Múnich. | LUKAS BARTH

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La Fiscalía de Múnich solicitó ayer una pena de seis años de cárcel para el presunto criminal nazi de origen ucraniano John Demjanjuk por complicidad en el asesinato de 27.900 judíos en el campo de exterminio de Sobibor, en la Polonia ocupada, durante la Segunda Guerra Mundial.

«Quien carga con culpa en tan alta medida debe ser castigado, también después de 60 años y a tan avanzada edad», dijo el fiscal Hans Joachim Lutz en su intervención final en el proceso contra Demjanjuk, de 90 años de edad y antiguo guardia voluntario en Sobibor, ante la Audiencia de Múnich.

Impasible

Tras 16 meses y 85 sesiones de proceso en los que Demjanjuk no se dirigió ni una sola vez al tribunal y se mantuvo impasible postrado en una camilla, Lutz subrayó que «su culpa consiste en su voluntaria participación en el asesinato de judíos».

A favor del acusado solo habla el hecho de que «no se presentó voluntariamente para cumplir ese servicio», comentó el fiscal, quien reconoció que la decisión de convertirse en guardia del campo de concentración nazi estuvo motivada por la necesidad de sobrevivir y no morir de hambre como otros muchos prisioneros.

Lutz acusó a Demjanjuk también de haber actuado «motivado por sus bajos instintos» y de no haber tenido escrúpulos a la hora de maltratar y colaborar en la muerte de decenas de miles de víctimas en el campo de exterminio nazi.

Las frecuentes bajas por enfermedad del acusado y las maniobras para la dilación del proceso por parte de su defensa habían amenazado con eternizar un juicio que acabará en pocas semanas con un veredicto del jurado.

En la década de 1950 Demjanjuk emigró a EEUU como víctima del nazismo, en tanto que exprisionero, cambió su nombre de pila, Iván, por el de John y adquirió la nacionalidad estadounidense.