Port Kembla, una de las zonas más industrializadas de Australia, se verá afectado por esta tasa que lucha contra el cambio climático. | Reuters

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El Gobierno australiano anunció ayer un impuesto de 23 dólares locales (17,3 euros) por tonelada de dióxido de carbono con el objetivo de luchar contra el cambio climático.

«Como nación, necesitamos ponerle un precio al carbono y crear un futuro con energía limpia», dijo la primera ministra australiana, Julia Gillard, al anunciar el plan del Ejecutivo, que ya cuenta con el apoyo necesario para que sea aprobado próximamente en el Parlamento.

La medida, que entrará en vigor a partir del 1 de julio del año que viene, afectará a unas 500 grandes empresas contaminadoras, principalmente del sector eléctrico, minero y de la energía.

El impuesto aumentará anualmente un 2,5 % en términos reales hasta 2015, año en que se dará paso a un esquema de comercio de emisiones similar al de la Unión Europea donde el mercado internacional fijará los precios.

Con la medida, Australia pretende recortar 159 millones de toneladas de dióxido de carbono al año para 2020, lo que significa reducir las emisiones un 5 % en relación con los niveles de 2000.

Este plan, que cuenta con solo un 30 % de apoyo popular, es considerado como uno de los más ambiciosos después del sistema creado en la UE en 2005 para regular las transacciones de derechos de emisión entre los sectores más contaminantes.

Impacto negativo

Australia contribuye con el 1,5 % de la emisión global de gases de efecto invernadero, menos que EEUU, China, Rusia, la India y Japón, pero es una de las naciones más contaminantes del planeta en términos per cápita.

El líder de la oposición, el conservador Tony Abbott exigió que Australia afronte el cambio climático en «un contexto internacional apropiado», al insistir en que el nuevo impuesto tendrá un impacto negativo en los empleos y en los bolsillos de los australianos.

El Tesorero de Australia, Wayne Swan, admitió que la reforma costará unos 4.300 millones de dólares locales (3.243 millones de euros) en los próximos cuatro años.

Por su parte, la comisaria europea de Acción por el Clima, Connie Hedegaard, felicitó al Gobierno de Australia por la medida aprobada.