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París se ha convertido esta noche en escenario de terror. Unas 127 personas han muerto y unas 180 han resultado heridas, entre las que hay 99 en estado crítico, en varios ataques simultáneos contra locales de ocio y el estado de fútbol de Saint Denis.

Como consecuencia de los atentados, el presidente francés, François Hollande, ha declarado el estado de Emergencia. «Los terroristas quieren que tengamos miedo, pavor, pero se enfrentan a una nación que sabe defenderse», ha advertido.

Todo ha comenzado a las 21.20 del viernes en la calle Carrillon, en el décimo distrito, con una explosión a la que ha seguido un hombre armado que, a cara descubierta, ha abierto fuego contra los comensales de los restaurantes Le Carrillon y de Le Petit Cambodge.

Al mismo tiempo, en la calle Charonne, en el undécimo distrito, dos hombres armados han abierto fuego, también a cara descubierta, contra la terraza del café La Belle Equipe. «Ha disparado más de cien balas», ha contado un testigo.

También se ha producido un pequeño tiroteo en el mercado mayorista de Les Halles, aunque apenas se conocen detalles de este suceso.

Mientras, en otro punto de París, se escuchaban tres explosiones en el estadio de fútbol de Saint Denis, donde en ese momento se jugaba un partido amistoso entre las selecciones de Francia y Alemania. Al parecer, dos de ellas habrían sido obra de terroristas suicidas.

El público no ha sido consciente de lo que ocurría -creyendo que eran fuegos artificiales, según han relatado los testigos- hasta que las fuerzas de seguridad han evacuado del Stade de France a Hollande, que estaba presenciando el encuentro.

El partido se ha terminado de jugar (2-0 a favor de Francia) y después los espectadores se han concentrado en el césped a la espera de que las autoridades les permitieran abandonar el recinto, algo que ha ocurrido poco después de forma ordenada.

TOMA DE REHENES

La sala de conciertos Bataclan, donde actuaba el grupo 'Eagles of death metal', ha sido el principal objetivo. Allí, un grupo de cuatro terroristas ha abierto fuego a las puertas y ha conseguido colarse en el interior, donde han podido disparar hasta cinco ráfagas.

En este caso, los atacantes han decidido quedarse y retener a las más de cien personas que había en el interior. Han permanecido allí unas tres horas hasta que las fuerzas de seguridad han iniciado el asalto, durante el cual los terroristas han activado sus cinturones explosivos.

Los uniformados han logrado sacar del interior de la sala a algunos de los rehenes -apenas unas decenas-, pero la cifra de víctimas ronda la centena.

A ello se suman unos 40 muertos por los tiroteos de los distritos 10 y 11 y las explosiones en el Saint Denis, así como decenas de heridos, algunos de los cuales están graves. Los hospitales parisinos han activado el 'código blanco' para responder a la crisis.

El balance de heridos que baraja el diario francés 'Le Figaro' es de 215, entre los que se encuentran 83 que estarían en estado grave. Tras los ataques, la oficina del fiscal de París, François Molins, ha indicado que ocho terroristas han muerto en el discurso de los acontecimientos, uno de ellos abatido por la Policía.

«LUCHA IMPLACABLE»

Hollande ha denunciado «un ataque terrorista sin precedentes». «Es un horror», ha dicho en una declaración solemne al filo de la medianoche, en la que ha anunciado la movilización «de todas las fuerzas posibles» para «neutralizar a los terroristas» y garantizar la seguridad de París.

«Ante el terror, Francia debe ser fuerte, debe ser grande», ha afirmado, apelando a «la unidad nacional». «Los terroristas quieren que tengamos miedo, pavor, pero se enfrentan a una nación que sabe defenderse», ha advertido.

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Hollande ha adelantado que será Francia quien tome «la iniciativa» de «la lucha» contra los responsables de esta masacre. «Será implacable», ha aseverado desde Bataclan, a donde se ha trasladado junto a parte de su equipo de gobierno.

ESTADO DE EMERGENCIA

El presidente francés ha declarado el estado de emergencia, lo que implica el cierre temporal de espacios públicos como salas de cines y conciertos, el arresto domiciliario de cualquier persona considerada peligrosa, la confiscación de armas y mayores competencias para efectuar registros.

Hollande también ha ordenado controles en las fronteras «para que las personas que han cometido estos crímenes puedan ser detenidas». El Ministerio de Exteriores ha aclarado que las estaciones de tren y los aeropuertos seguirán funcionando.

Como medidas específicas para París, las autoridades han ordenado el primer toque de queda desde 1944 -pidiendo a los habitantes capitalinos que no salgan de casa si no es necesario- y han anunciado el despliegue de 1.500 militares.

El Ministerio de Educación, por su parte, ha informado a través de un comunicado de que los centros escolares y universitarios de la región parisina de Isla de Francia permanecerán cerrados este sábado.

Hollande ha subrayado que la situación no está cerrada, por lo que ha convocado al Consejo de Defensa para las 9.00 horas de este sábado y ha cancelado su asistencia a la cumbre de G20 que se celebrará este fin de semana en Turquía.

Con el objetivo de dejar registro de los testimonios de víctimas y testigos de los ataques y favorecer la búsqueda de las personas desaparecidas, el Ministerio del Interior francés ha establecido una plataforma en su página web, como herramienta adicional al teléfono de emergencia establecido por el Gobierno.

SOLIDARIDAD INTERNACIONAL

La cadena de atentados de París ha suscitado una ola de reacciones de en todo el mundo, en un año negro para Francia después de los ataques terroristas contra la revista satírica 'Charlie Hebdó', un supermercado judío y una fábrica.

El Consejo de Seguridad de Naciones Unidas ha condenado estos «bárbaros y cobardes ataques terroristas» y el secretario general de la ONU, Ban Ki Moon, ha hecho votos por que los responsables de los mismos sean llevados ante los tribunales de justicia «cuanto antes».

«No es sólo un ataque contra París ni contra Francia. Es un ataque contra toda la Humanidad y contra los valores universales que compartimos», ha dicho el presidente estadounidense, Barack Obama, desde la Casa Blanca. Poco después, en una llamada telefónica al mandatario galo, Obama ha ofrecido «el firme e inquebrantable apoyo al pueblo de Francia», al que ha definido como «viejo aliado y amigo».

El presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, ha enfatizado que se trata de «un ultraje contra Francia y contra Europa en su conjunto». «Hoy, Francia está en la primera línea de la lucha contra el terrorismo, pero no está sola», ha dicho. «Esta es la lucha de todos los europeos» y de todas las personas «del mundo libre», ha enfatizado.

En la misma línea, el primer ministro de Reino Unido, David Cameron, la canciller alemana, Angela Merkel, y el presidente español, Mariano Rajoy, se han declarado «conmocionados» y han ofrecido a su colega europeo toda la ayuda necesaria.

EL GRAN ATENTADO

Los sucesos de esta noche son los peores ataques terroristas sufridos por Francia en toda su historia y los segundos a nivel europeo, después de los ocurridos el 11 de marzo de 2004 en los trenes de Madrid, que dejaron 193 muertos.

El Palacio del Elíseo aguardaba desde hacía tiempo una gran acción de estas características debido a la activa participación de Francia en las intervenciones militares en Africa y en Oriente Próximo contra los grupos yihadistas.

«Recordad, recordad el 14 de noviembre en París. Nunca olvidarán este día, igual que los estadounidenses el 11 de septiembre», reza uno de los mensajes que circulan por los foros yihadistas vinculados al Estado Islámico.