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El Gobierno británico anunció este lunes un plan destinado a facilitar la enseñanza del inglés a miles de mujeres musulmanas residentes en el Reino Unido a fin de facilitar su integración en la sociedad y combatir el extremismo.

Se trata de un fondo de 20 millones de libras (26 millones de euros), con el que el primer ministro británico, David Cameron, confía en combatir una situación en la que muchas mujeres musulmanes afrontan discriminación y aislamiento social.

En un artículo publicado en «The Times», Cameron destaca la necesidad de afrontar a una minoría de hombres musulmanes que ejercen un «control dañino» sobre sus mujeres en el seno familiar.

«Muy a menudo, debido a lo que yo llamaría 'tolerancia pasiva', hay gente que se suscribe a la defectuosa idea de un desarrollo separado», señala el jefe de Gobierno, sobre la falta de integración.

«Es hora de cambiar nuestro enfoque. Nunca vamos a construir una verdadera nación a menos que seamos más positivos sobre nuestros valores liberales, más claros sobre las expectativas que damos a los que vienen a vivir aquí y construyen juntos nuestro país», subraya en su artículo en el diario británico.

El Gobierno estima que hay unas 190.000 mujeres musulmanas en Inglaterra que hablan muy poco o nada de inglés.

El nuevo plan de las autoridades británicas tiene como objetivo ayudar a las mujeres que viven aisladas de la sociedad.

Las clases en las que se enseñará el inglés tendrán lugar en casas, escuelas y centros comunitarios, y los gastos de transporte para llegar a estos lugares serán costeados por el Gobierno, así como el coste del cuidado de los niños de las madres.

Cameron insistió en que todos los servicios públicos, incluidas las escuelas o centros de empleo, necesitan actuar para combatir los prejuicios y facilitar la integración.

«En este país -dijo-, las mujeres y las niñas son libres de elegir cómo quieren vivir, cómo vestirse y a quién querer. Son nuestros valores que hacen que este país sea como es».

Este plan forma parte de las medidas del Gobierno para combatir el extremismo debido al aumento de jóvenes musulmanes que viajan a Siria para unirse al grupo terrorista Estado Islámico (EI).

Un caso que llamó la atención de las autoridades fue el de tres adolescentes que en febrero del año pasado dejaron sus casas en Inglaterra para viajar a Siria sin comunicárselo a sus familias.