La canciller alemana, Angela Merkel, tras ser reelegida presidenta de la Unión Cristianodemócrata (CDU) con un 89,5 % de los votos. | MICHAEL KAPPELER

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La canciller de Alemania, Angela Merkel, fue reelegida este martes presidenta de la Unión Cristianodemócrata (CDU) con un 89,5 % de los votos, en el congreso federal que celebra la formación en Essen (oeste) para preparar la campaña electoral de las generales de 2017.

Merkel obtuvo este resultado, frente al 96,7 % logrado dos años atrás, y fue ratificada así como líder del partido, dos semanas después de haber anunciado que optará a un cuarto mandato como canciller en los comicios previstos para dentro de diez meses.

Antes de la votación, Merkel se había dirigido a sus filas para pedirles apoyo y unidad, tras advertir de que la campaña para su reelección como canciller «no va a ser fácil».

«Necesito vuestra ayuda», afirmó, para añadir que «está en nuestra mano lograr el futuro que anhelamos para nuestro país», para lo que es preciso lograr la cohesión de su partido y también el apoyo de su hermanada Unión Socialcristiana de Baviera (CSU).

Las próximas generales serán mucho más difíciles que las anteriores y en ningún caso «dulces», insistió, en alusión a la emergente derecha radical de Alternativa por Alemania (AfD).

Merkel dirigió a los delegados un discurso de una hora y media larga, al que siguió una cerrada ovación de más de once minutos, y en el que prometió que, de ganar las elecciones, no habrá subida de impuestos.

El tema central de la congreso es la acogida de refugiados (Alemania recibió desde principios de 2015 1,3 millones de solicitantes de asilo) y Merkel buscó el acercamiento hacia el ala más derechista de la CDU y hacia la CSU.

Admitió que no todos los refugiados llegados a Alemania podrán permanecer en el país, pero garantizó que cada una de las solicitudes de asilo se evaluarán individualmente para determinar si les asiste el derecho a quedarse.

Se comprometió a trabajar intensamente para la integración de aquellos que sí tienen perspectivas de quedarse y también de acelerar las expulsiones de quienes no estén en esa situación.

Fue ovacionada clamorosamente al pronunciarse por vetar el burka u otros velos islámicos integrales «en los espacios públicos donde es posible su prohibición», para resaltar que en una sociedad abierta corresponde ir «con el rostro descubierto».

Sus palabras fueron seguidas con algunas intervenciones críticas, que exigían de ella posiciones más claramente conservadoras para hacer frente a la derecha radical.

Finalmente logró ese claro respaldo de los delegados, dieciséis años después de haber asumido las riendas de la CDU, entonces con un 95,6 % de los votos.

Desde entonces ha sido ratificada en el cargo cada dos años con resultados que oscilaron entre el mínimo del 88,4 %, en 2004, y el récord del 97,9 % de 2012, mientras que en 2014, obtuvo el mencionado 96,7 %.

El congreso de Essen tiene para Merkel un significado especial, ya que en esa misma ciudad de la cuenca del Ruhr se celebró en 2000 el congreso del que salió convertida en jefa de la CDU, entonces en la oposición y hundida en el escándalo de cuentas secretas durante la llamada «era» Helmut Kohl.