Foto de archivo tomada el 4 de enero de 2016 del famoso teatro romano de Palmira (Siria). | Efe

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El grupo terrorista autodenominado Estado Islámico (EI) ha dinamitado el frente escénico del teatro romano y el Tetrapilón de la ciudad monumental siria de Palmira, cuyas ruinas grecorromanas son Patrimonio Mundial de la Unesco, anunciaron hoy las autoridades.

El director de Antigüedades y Museos de Siria, Maamún Abdelkarim, explico por teléfono que los yihadistas causaron hace semanas esos destrozos en la zona arqueológica de la urbe, situada en el este de la provincia central siria de Homs.

«Nos enteramos hace diez días por miembros de la comunidad local de Palmira, pero no lo hemos hecho público hasta ahora porque no disponíamos de fotografías para asegurarlo», detalló Abdelkarim.

Su departamento publicó un comunicado en su página web en el que afirmó que el análisis de imágenes por satélite efectuado recientemente por la asociación de Escuelas Americanas de Investigación Oriental (ASOR) ha revelado «daños significativos» en el teatro romano y el Tetrapilón.

La nota destacó que los destrozos fueron causados «por una destrucción intencional por parte del EI» entre el 26 de diciembre y el 10 de enero.

El Tetrapilón es una plataforma cuadrada con agrupaciones de cuatro columnas en cada esquina que se ubica en la vía principal de la zona arqueológica.

Abdelkarim apuntó que este monumento ha quedado completamente destrozado, aunque de las dieciséis columnas que tenía, solo una era verdadera y el resto falsas, porque las auténticas habían sido sacadas en el pasado de Palmira para restaurarlas. Ante estos daños, Abdelkarim expresó su temor de que los radicales destruyan «por venganza» más monumentos. «Estamos enfurecidos por lo que ha pasado, pero también tenemos miedo de que el Dáesh (acrónimo en árabe de Estado Islámico) destruya más antigüedades», se quejó.

La Unesco consideró «crimen de guerra» los daños que el EI ha cometido en el declarado patrimonio de la Humanidad, y solicitó a la comunidad internacional defender los bienes culturales de las agresiones del grupo terrorista.

Los yihadistas retomaron Palmira el 11 de diciembre, días después de lanzar una ofensiva contra posiciones del Ejército sirio en el este de la provincia central de Homs, donde se localiza la urbe.

Actualmente, las fuerzas armadas tratan de recuperar el terreno perdido en la región, donde en los dos últimos días ha habido 31 fallecidos en combates, de acuerdo al recuento difundido hoy por el Observatorio.

La agencia de noticias oficial siria, SANA, informó de que unidades castrenses recuperaron este viernes el control del estratégico cruce de Al Qariatain, en el este Homs, tras matar a un gran número de terroristas.

La primera vez que el EI conquistó Palmira fue el 20 de mayo de 2015, pero fueron expulsados diez meses después por los soldados sirios, apoyados por la aviación rusa.

Durante su primera etapa en Palmira, el EI convirtió la zona de las ruinas grecorromanas en un campo de minas, que más tarde zapadores rusos se encargaron de eliminar cuando los efectivos gubernamentales sirios se hicieron con su control.

Además, los yihadistas dinamitaron los templos de Bel y de Bal Shamín, así como el Arco del Triunfo, y destruyeron varias estatuas del museo de la ciudad.

Palmira fue en los siglos I y II d.C. uno de los centros culturales más importantes de la época y punto de encuentro de las caravanas en la Ruta de la Seda, que atravesaban el árido desierto del centro de Siria.

Antes del inicio del conflicto, en marzo de 2011, sus ruinas eran uno de los principales centros turísticos del país y de la región.