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El órgano nacional de Derechos Humanos de Malasia (Suhakam) ha expresado este martes su preocupación por las 600 muertes en centros de detención de inmigrantes y prisiones durante los últimos dos años, y ha hecho un llamamiento para una reforma inmediata.

En su informe anual de 2016, Suhakam denunciaba que se habían producido más de 100 muertes en centros de inmigrantes y 521 en prisiones desde el 2015 al 2016. Doce personas murieron durante las detenciones en 2015.

La semana pasada, 118 extranjeros, incluidos trabajadores sin documentación, refugiados y solicitantes de asilo, murieron en centros de detención en los últimos dos años. Mas de la mitad de los fallecidos procedían de Birmania.

Suhakam ha comunicado que la mayoría de las muertes son fruto de enfermedades en prisiones y centros de detención, que el Gobierno debería controlar con el fin de mejorar las condiciones y la atención médica.

«Hay una falta de interés en los Derechos Humanos de los detenidos», ha dicho el director de Suhakam, Razali Ismail. «Esta actitud es el reflejo de las prioridades presupuestarias del Gobierno y la disposición de los recursos para el funcionamiento y mantenimiento de los lugares de detención».

Especialmente en los centros de detención, los detenidos pasan largos periodos en los que no se pueden mover con libertad ni dormir cómodamente ya que las celdas están superpobladas, ha denunciado Ismail, asegurando que las condiciones son tan malas que podrían llegar a ser «inhumanas».

Antiguos detenidos, agencias del Gobierno y grupos de observación de derechos han denunciado las horribles condiciones de vida en lugares de detención super poblados y faltos de higiene.

Algunos dicen haber recibido comida, agua o atención médica insuficiente, y muchos han desarrollado infecciones en la piel y en los pulmones, así como enfermedades contagiosas. Todos los entrevistados denuncian haber sido golpeados por los agentes de los centros de detención y ver que otros también eran golpeados.

La información de Suhakam, que aún no ha tenido reacciones del Gobierno, muestra que las causas de muerte de los detenidos suelen ser por infecciones pulmonares, dolencias relacionadas con el corazón y la enfermedad bacteriana de la leptopirosis, muy grave y contagiosa.

La semana pasada, el ministro de Interior adjunto, Nur Jazlan Mohamed, informaba que su Ministerio había desarrollado sin éxito un presupuesto para mejorar las condiciones en los centros de detención de inmigrantes.

Durante varios periodos a lo largo de 2016, un total de 86.795 personas permanecieron en trece centros de detención, según ha informado la Comisión por la Integridad.

Dos de los centros de detención que Suhakam visitó en 2016 están en mal estado, según ha informado el organismo.

Tres de los bloques en el centro de detención del estado de Johor y dos bloques en la Isla de Penang se encuentran en condiciones «inapropiadas e inseguras para ser ocupados» según ha dicho el Departamento de Obras Públicas, han añadido desde Suhakam.

El organismo ha comunicado que el Departamento de Inmigración informó la semana pasada de «grandes reformas», como una mejora en la asistencia médica, y reparaciones de las estructuras deterioradas.

El grupo de protección de refugiados Fortify Rights considera urgente una investigación criminal con respecto a las muertes. La directora ejecutiva, Amy Smith, ha dicho en un comunicado que «las autoridades malasias deberían empezar a abordar esta cuestión poniendo fin a la detención arbitraria e indefinida de inmigrantes, incluidos los refugiados y los supervivientes del tráfico de personas».