El expresidente Donald Trump. | JIM LO SCALZO

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El expresidente Donald Trump infligió este sábado la derrota más humillante a Nikki Haley en las primarias del Partido Republicano, al ganarle con una diferencia de casi veinte puntos en su propia casa, en la Carolina del Sur donde Haley nació, creció y fue gobernadora de 2011 a 2017. Estos resultados hacen ya casi inevitable la repetición de un duelo entre Joe Biden y Donald Trump como el que se vivió en las elecciones de 2020, aunque Haley aún no ha arrojado la toalla. Según los recuentos parciales adelantados por varios medios, Trump ha vencido en prácticamente todos los condados del estado a excepción de las dos mayores ciudades, la capital, Columbia, y la costera Charleston. Incluso en el condado de Bamberg, el pueblo natal de Haley, la victoria fue para Trump.

Estos resultados dan, con leves diferencias, un 60 % de los votos a Trump y un 40 % a Haley. Según el sistema electoral de Carolina del Sur, en este estado 'el ganador se lo lleva todo', es decir los 50 delegados que el estado aporta a la Convención Republicana que a partir del 15 de julio nombrará al candidato que oficialmente se enfrentará al demócrata Joe Biden. Trum no ha querido hacer sangre en sus primeras declaraciones, en las que ni siquiera ha citado a Haley por su nombre, pero ha dado las gracias a Carolina del Sur por los resultados en una breve aparición en la fiesta de su campaña en la capital estatal, Columbia. Por su parte, Haley esperó casi dos horas para postear que ella no se retira porque es «una mujer de palabra» y siente que tiene «la obligación» de dar a los electores el derecho a tener una opción diferente a 'Biden contra Trump', un binomio que según ella desaprueba el 70 % de estadounidenses. Más tarde envió un mensaje de texto masivo a sus seguidores que decía: «Soy contable, ya sé que 40 % (su porcentaje de voto) no es 50, pero también sé que 40 % no es un grupo despreciable: hay enormes cantidades de votantes en las primarias republicanas que están pidiendo otra alternativa».

Pero pese a estas palabras, algunos medios, como el Wall Street Journal -considerado la voz de las grandes empresas- ya titula que «la presión crece sobre Haley» para que retire su candidatura ante el contundente resultado de hoy. Tercera victoria para Trump Trump ha ganado ya las primarias en Iowa y en New Hampshire, mientras que Haley no ha ganado en ninguno; incluso en Nevada, donde Trump no se presentaba, la casilla más marcada por los electores no fue la suya sino la de quienes prefirieron a 'ninguno de estos candidatos'. Hasta hoy, Trump tenía 63 delegados contra 17 de Haley; con la victoria de hoy, Trump puede sumar 50 más a su cuenta.

Es cierto que este número de delegados es todavía muy pequeño ante los 2.429 que votarán en al Convención Republicana de junio; es en el llamado 'supermartes' (el próximo 5 de marzo) cuando se decide la suerte de más de 800 delegados en 16 estados, y por ello Haley había prometido llegar al menos hasta esa fecha. Sin embargo, ni ella misma esperaba una derrota tan incontestable, aunque ya ayer, en su último mitin de campaña, el ambiente tenía un tono derrotista y ella no consiguió congregar ni a un millar de personas.

En la jornada electoral, los votantes demócratas se movilizaron a favor de Haley -en realidad, con la esperanza de parar a Trump-, aprovechando que las leyes de este estado permiten votar en las primarias republicanas a personas de otras formaciones políticas. Sin embargo, esta movilización no parece haber pesado fuera de las grandes ciudades, y en el interior de Carolina del Sur el voto blanco, conservador y evangélico -tres mayorías en este estado- ha optado por el candidato que mejor parece encarnar sus valores.